Eduardo Cuesta, el palista eléctrico y tenaz

El palista mostoleño, Eduardo Cuesta, uno de los mejores jugadores del mundo. Fuente: AD

El palista mostoleño, Eduardo Cuesta, uno de los mejores jugadores del mundo. Fuente: AD

El mostoleño es campeón del mundo y de Europa de tenis de mesa y ahora sueña con una medalla en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro.

Jesús Ortiz García
Actualizado: 27/03/2015 18:43 horas

Cada tarde acudía al gimnasio de su colegio para ver los entrenamientos de los chicos del Club de Tenis de Mesa Móstoles. Pasaba varias horas sentado sin moverse del banco, un día tras otro, pero Eduardo Cuesta no se conformaba con observar a los demás y preguntó a Adolfo Gómez -su entrenador- si podía probar. Desde entonces, no ha soltado la pala este jugador eléctrico y tenaz.

El mostoleño Eduardo Cuesta. Fuente: AD

El mostoleño Eduardo Cuesta. Fuente: AD

«Me sorprendió este deporte, nunca antes lo había visto. Me llamó la atención por la rapidez de movimientos, la velocidad de la pelota, los reflejos, era divertido», dice. Tenía 10 años y una discapacidad intelectual del 41%, ahora, con 30 años es uno de los mejores jugadores del mundo tras una carrera deportiva cargada de éxitos. Disciplinado y trabajador, se ha labrado un currículum brillante a base de muchas horas de entrenamientos. Desde que empezó a competir en 1999, con tan sólo 14 años, ha conquistado el campeonato de España durante 16 años consecutivos.

Sus vitrinas también están pobladas de trofeos a nivel internacional, tras ser subcampeón de Europa durante varios años y campeón continental, así como oro mundial en 2009. «Detrás de cada logro hay mucho trabajo cada día, sólo así se consiguen resultados», recalca. Sus últimos triunfos han llegado en apenas una semana, al ganar el Open de Eger (Hungría) y el de Lignano (Italia) en la clase 11. «Cada vez me tienen más respeto mis rivales. Hay mucho nivel en mi categoría, estamos todos muy apretados en la parte de arriba y cualquier despiste lo pagas caro», asegura.

Número 3 del mundo

Estas 2 medallas de oro le han permitido escalar varios puestos y situarse 3º en el ránking mundial, por detrás del campeón palímpico Peter Palos y del francés Pascal Pereira-Leal. «Son los 2 grandes rivales a batir, aunque ya sé lo que es ganarles. Mi objetivo es volver a recuperar el número 1 que ya tuve durante 4 años seguidos, pero todavía me sacan muchos puntos», apunta.

El problema es que Eduardo estuvo toda una temporada sin poder disputar campeonatos por una falta de entendimiento entre la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad y la Federación Española de Tenis de Mesa, que fue quien absorbió a todos los deportistas con discapacidad. «Pasé un año en blanco, sin competir, porque no me avisaron para acudir a los torneos, mi nombre no aparecía en ninguna de las 2 federaciones», lamenta.

Eduardo Cuesta en un partido con España. Fuente: RFETM

Eduardo Cuesta en un partido con España. Fuente: RFETM

Fue en 2011, el año previo a los Juegos de Londres, en los que se levantó el veto a los deportistas españoles con discapacidad intelectual, castigados por el fraude en los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000, cuando España, que ganó el oro arrasando a sus rivales, alineó en baloncesto a 10 jugadores sin discapacidad. También se vieron salpicados nadadores, atletas y jugadores de tenis de mesa.

En ese momento, Eduardo tenía 14 años y ya era subcampeón del mundo. Siempre imaginó con estar en unos Juegos y los de Londres eran su primera oportunidad, pero «al estar un año sin competir, no tenía puntos. Pasé de ser el número 1 del ránking al número 7 y sólo fueron los 6 mejores, así que me quedé sin ir», explica.

El mostoleño tiene entre ceja y ceja acudir a los Juegos de Río de Janeiro 2016. «Me falta la medalla paralímpica, mi objetivo es ganarla en Brasil, para ello me estoy entrenando fuerte», sostiene. Para clasificarse necesita estar entre los 8 primeros del ránking mundial o ganar el Europeo de Dinamarca en octubre. «El objetivo es sumar puntos para mantenerme entre los primeros y en el Europeo quiero la medalla de oro, ya que lograría la plaza directa para los Juegos. Es un sueño que tengo desde niño, la espera está siendo larga, pero merece la pena luchar», apostilla.

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