Paladas de vitalidad y perseverancia

La palista española Silvia Elvira durante un entrenamiento. Fuente: AD

La palista española Silvia Elvira durante un entrenamiento. Fuente: AD

Silvia Elvira remó contra un cáncer durante 10 años, le amputaron la pierna izquierda y ahora es una de las mejores palistas del mundo en paracanoe. «No siempre la victoria está en el podio, sino en superarse a uno mismo», dice.

Jesús Ortiz García

Cada mañana cuando se levanta escribe mensajes ante el espejo para automotivarse, frases que le aportan fuerza y ganas de seguir peleando. «El cuerpo escucha lo que dice la mente», sostiene. Silvia Elvira no quiere soñar en grande por si esos sueños no se cumplen. La vida le ha enseñado a disfrutar cada minuto sin trazar planes a largo plazo. Ahora figura entre las mejores palistas del mundo, pero para alcanzar la élite del piragüismo ha tenido que remar durante más de una década por las aguas bravas de la adversidad. Ha superado un cáncer y hoy destila energía y optimismo a bordo de su paracanoe.

«El camino ha sido duro, muy largo y lleno de obstáculos, mi vida ha estado siempre revuelta. A los 18 años tuve un accidente de tráfico, me golpeé la rodilla y cuando me hicieron una radiografía se encontraron con un tumor maligno. Bendito accidente, ya que de lo contrario no habrían dado con esa enfermedad a tiempo», relata. Le sacaron el sarcoma, pero volvió a salir, cada vez era más agresivo, el dolor muy intenso y se sometió a varias operaciones pero no paraba de crecer.

Silvia Elvira en su paracanoa. Fuente: AD

Silvia Elvira en su paracanoa. Fuente: AD

«En 10 años la pierna se me quedó casi paralizada y tenía que caminar con dos muletas», explica. Durante la rehabilitación se sacó la carrera de Fisioterapia, consiguió un contrato en prácticas y cuando la iban a hacer indefinida, reapareció. Al final, decidieron que había que amputar la pierna izquierda porque podía derivar en metástasis pulmonar. «Me impactó, era duro desprenderse de una parte de mi cuerpo, pero lo acepté y lo vi de manera positiva, desapareció el dolor y pensé que era una liberación», asegura.

Sin embargo, a los 2 años le volvió a salir por debajo de la piel del pie derecho: «Analizaron mi ADN y me dijeron que tenía predisposición genética a que me salieran tumores. Me han vuelto a salir algunos benignos, unos me los han quitado y otros no. Lo peor de todo es estar al pie del cañón conviviendo con la incertidumbre y el miedo, no sabes cómo acabará la historia», apunta.

El piragüismo y sus hijos, los pilares de su vida

El cáncer le robó su pasión por el montañismo y las carreras de orientación, pero le abrió las puertas del piragüismo, el cual descubrió de forma casual. Una joven que conoció en el hospital le animó a que probase el kayak de mar y empezó a realizar travesías. Pero poco después se inició en la disciplina de paracanoe k1LTA en aguas tranquilas. «No encuentro una limitación física en el agua, me olvido de la discapacidad, me ayuda a superar barreras personales, físicas y psicológicas», afirma. Ahora no hay quien la pare. Empezó en 2011 y ese mismo año fue subcampeona del mundo. Al año siguiente, otra vez plata.

Se entrena unos 6 días a la semana con Goyo Vicente en el Canal Olímpic de Cataluña en Castelldefels y en su aventura le acompaña un patrocinador, la farmacéutica Accord: «Conocí a sus dirigentes casualmente en una cena benéfica contra el cáncer, se interesaron por mi historia y decidieron ayudarme para alcanzar el sueño de los Juegos de Río de Janeiro 2016. De no ser por ellos, no podría pagar la gasolina para ir a entrenar, me ayudan en todo», indica.

Al igual que sus hijos Guillem y Oriol, «los pilares de mi nueva vida con una pierna junto al piragüismo». «Son pequeños pero entienden por qué entreno demasiado, incluso cuando llueve (risas). También cuando no gano medallas, les estoy transmitiendo unos valores de constancia y obligación, hay que seguir trabajando aunque no consigas resultados porque para mí el éxito es el personal. Les digo que no siempre la victoria está en el podio, sino en superarse a uno mismo», recalca Silvia Elvira.

Mundial en Moscú, nuevo objetivo

La palista en un entrenamiento. Fuente: AD

La palista en un entrenamiento. Fuente: AD

La piragüista catalana se quedó hace unas semanas muy cerca del bronce en el Europeo disputado en Brandeburgo (Alemania), parando el crono en 55 segundos. «En 200 metros un segundo es mucho tiempo y eso fue lo que me sacó la tercera clasificada. Tuve una mala salida y el viento cruzado también afectó, pero hay que levantarse y mejorar en la siguiente», comenta.

Del 7 al 9 de agosto en Moscú tendrá una nueva oportunidad en el Mundial para firmar la regata perfecta y bajar el crono. «La medalla es posible, aunque hay rivales que están bajando mucho los tiempos, cada vez hay más nivel, así que habrá que ponerse las pilas y mejorar las marcas para no estancarnos ya que todas están peleando por ir a Río», subraya.

Es un objetivo que anhela, pero prefiere tomárselo con calma y saborear cada palada que da mientras navega en su piragua. «Estoy acostumbrada a que la vida me interrumpa mis objetivos por el tema de la salud, así que no me gusta proponerme metas lejanas por miedo a que se rompan los sueños. Ahora mismo pienso en el Mundial y cuando pase, iré a por todas en primavera de 2015 a buscar el pase a las Paraolimpiadas», sentencia esta luchadora.

Silvia Elvira

Barcelona, 28-4-1974

4ª en el Europeo de Brandeburgo (Alemania) 2014.
Plata en el campeonato de Invierno de Aragón 5.000 metros, en 2014.
Campeona en la Copa de España 1.000 metros, en 2014.
Oro en la Copa de España 200 metros y 500 metros, en 2014.
6ª en el Europeo de Portobello (Portugal) 2013.
6ª en el Mundial de Duisburg (Alemania) 2013.
Plata en el Mundial de Poznan (Polonia) 2012 y en el Europeo de Zagreb (Croacia) 2012.
Plata en el Mundial de Szeged (Hungría) 2011.
Campeona del Campeonato y de la Copa de España en 2011, 2012 y 2013.

http://www.silviaparalimpica.com/

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