El madrileño, que también ha ganado este año el Europeo, se cuelga la medalla de oro en la categoría de hasta 60 kilos en el campeonato del mundo disputado en Estados Unidos.

Fran Garrigós con la medalla de oro. Fuente: Rfejudo

Jesús Ortiz García
Actualizado: 23/10/2014 10:30 horas

Bajo las directrices del gran Quino Ruiz se forja un deportista osado, con talento y gran fortaleza física que no para de progresar sobre el tatami. Fran Garrigós, la promesa del judo es ya una realidad. El madrileño, actual campeón de Europa júnior, acaba de conquistar el Mundial en la modalidad de hasta 60 kilos.

El judoca español confirma que es el número 1 del mundo en su categoría y siembra la esperanza para este deporte en España. Aún no ha cumplido los 20 años y ya es un asiduo al podio gracias al nivel y a la calidad que atesora. Un trabajador incansable, disciplinado, con gran físico y muy completo.

En Fort Lauderdale (Estados Unidos), pasó como un huracán por el tatami, nadie pudo tumbarle. Llegó a la final con mucha confianza y se llevó la medalla de oro al derrotar en la final, por un ippon, al mongol Tsogtbaatar Tsendochir.

El madrileño empezó el campeonato con una victoria sobre Sumiyabazar Bazarsad (Mongolia) con un wazari. Después ganó a Begli MeretGeldiyev (Turkmenistán) y en cuartos de final doblegó al estadounidense Adonis Diaz por un ippon. En semifinales se impuso al japonés Kohei Hayashi por un yuko y en la final terminó por demostrar su potencial para proclamarse campeón del mundo. «Este ha sido mi sueño desde el principio. Gracias por todos vuestros mensajes», ha escrito Garrigós en su cuenta de twitter.

Garrigós, no es sólo una de las más firmes promesas del judo español, sino un judoka de presente al que tener muy en cuenta tras una temporada espectacular. «Técnica, física y tácticamente es un judoka 10 para mí. Tiene un gran futuro y apostamos por él porque llegará lejos», dijo su entrenador Quino Ruiz a Avance Deportivo.

Su gran sueño es clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, pero la clave está en salir al extranjero para ganar experiencia frente a otros rivales con más combates. «Entreno duro porque quiero estar en las Olmpiadas. Está difícil pero no imposible, no hay miedo», confesó en una entrevista con este periódico.