Irantzu García y Sergio Vez, dos joyas que barren el hielo

Los jóvenes vitorianos son una referencia del curling en España y ahora liderarán a las selecciones masculina y femenina en el Europeo de Noruega.

Jesús Ortiz García

Algunos les llaman raros por practicar un deporte con apenas 300 licencias en España, pero para sus adeptos, el curling engancha, es una ilusión, un reto constante. Irantzu García (Álava) y Sergio Vez (Basauri) son dos joyas de esta modalidad que se abren paso entre los mejores en el hielo frotando con la escoba. Ambos mantienen su hegemonía en los campeonatos nacionales y su próximo desafío es hacer un buen papel en el Europeo Absoluto que se celebra en Noruega.

Hace más de una década estos dos primos vitorianos dejaron de bailar sobre la pista blanca para deslizar una piedra de granito de 20 kilos y dejarla lo más próxima posible a la diana. Sus padres, cansados de esperar en la cafetería del antiguo palacio de hielo de Gastéiz donde sus hijos practicaban patinaje artístico, descubrieron el curling por televisión y acabaron practicando en familia el deporte nacido en el siglo XVII en los helados lagos escoceses.

«Apenas lo conocíamos, pero desde el primer momento nos enganchó, es muy divertido, te hace pensar mucho», comenta Sergio. «La gente cuando escuchaba hablar de curling en España creían que era broma y nos decían que si apenas tenemos hielo como íbamos a practicarlo. Ahora, poco a poco estamos consiguiendo hacernos un hueco», sostiene Irantzu.

Irantzu García

Irantzu García | AD

La progresión de estos jóvenes ha sido meteórica, empezaron a despuntar entre los mayores y desde el principio unieron sus caminos para formar una pareja brillante que infunde respeto entre sus rivales pese a su bisoñez, ya que se han convertido en unos dominadores prematuros de esta disciplina olímpica invernal a nivel nacional.

Ya han participado en 5 mundiales de dobles mixtos, cuyo mejor resultado fue un cuarto puesto en 2010. «Este año ganamos en su casa a Canadá, que es el país puntero en curling con más de un millón de licencias, una de las potencias», comenta Sergio. «En España hemos ganado 5 de los últimos 6 campeonatos disputados», añade Irantzu.

Sin pistas específicas

Los dos deportistas mantienen las ganas por seguir escalando peldaños y miran al futuro con ambición, pero son conscientes de que no podrán acortar distancias con sus rivales si no cuentan con medios e infraestructuras adecuadas. La pareja vasca se desliza y barre el hielo en unas pistas compartidas con patinadores y jugadores de hockey.

«Para este deporte es muy importante una pista específica, todos los países tienen menos España y así es difícil alcanzarles, pero llevamos años luchando y no queda otra que resignarse e intentar sacar lo mejor en pistas con grietas y desniveladas. El hielo siempre está en malas condiciones», apunta Sergio. «En Vitoria había un proyecto, pero por problemas económicos se paralizó. Soñamos con que algún día construyan una pista de curling, eso nos daría más posibilidades de conseguir éxitos», subraya Irantzu.

Cada día se rebelan ante las adversidades y una prueba de ello es la buena actuación en el reciente Europeo Mixto en Edimburgo, donde ganaron 4 partidos para alcanzar los cuartos de final junto a Estrella Labrador y Alberto Vez. «Cuando sacamos nuestra garra podemos llegar a ser muy peligrosos aunque a simple vista parezcamos inferiores. España tiene un respeto ganado y a pesar de que partimos en desventaja, podemos dar mucha guerra en cada partido», sostiene el más pequeño de esta saga de ‘curlers’. Su prima añade: «Hace unos años los equipos sacaban a los suplentes cuando se enfrentaban a nosotros, ahora ya no se fían, saben que podemos ganarles».

Estrella Labrador, Alberto Vez, Irantzu García y Sergio Vez | AD

Estrella Labrador, Alberto Vez, Irantzu García y Sergio Vez | AD

Si algo distingue al curling es su carácter familiar y que no tiene fecha de caducidad. «No hay edad para practicarlo, hay gente con 18 y 60 años jugando a un buen nivel. El ambiente es magnífico, hay un tercer tiempo en el que el equipo que gana invita al perdedor a tomar algo», dice el jugador de Basauri. Irantzu destaca la caballerosidad y el juego limpio que reina sobre el terreno de juego: «Me han dicho que estoy loca por jugar y que si no tengo suficiente con barrer en casa, pero este deporte me ha permitido conocer gente y me ha aportado valores como el respeto y el saber compartir».

Con piedras de granito extraídas de una única cantera de Escocia y cuyo valor asciende a unos 500 euros, para quienes lo practican se trata de una modalidad que no exige demasiada preparación física pero sí mental. «Requiere precisión, habilidad y darle mucho al ‘coco’. Le llaman el ajedrez del hielo porque tiene estrategia, paciencia y templanza», comentan.

Un sueño congelado

Con una veintena de medallas en sus vitrinas, la alavesa y el vizcaíno siguen con hambre, con la sensación de que lo mejor aún está por venir. Su próxima cita, el Europeo Absoluto, al que acudirán con la misma ilusión y con ganas de plantar batalla en el hielo noruego con las selecciones masculina y femenina.

Tienen claro que el curling no les va a dar de comer en el futuro, pero aspiran a competir en unos Juegos Olímpicos. No descartan salir al extranjero para progresar en este deporte, sin embargo, las dificultades para lograr una beca con la que seguir sus estudios (ella Medicina y él Ingenieria Industrial) en Norteamérica congelan ese sueño.

«Sólo participan 10 equipos en las Olimpiadas y para España es una utopía. Si la categoría de dobles mixtos fuese olímpica tendríamos más opciones, pero de momento tenemos que esperar», sostiene Irantzu. «Conseguir plaza ahora mismo es algo que está muy lejano, pero el sueño está ahí y nos gustaría cumplirlo», finaliza Sergio.

 



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