Israel Blanco, una 'bala' pionera en el tobogán de hielo

El piloto asturiano de parabobsleigh, Israel Blanco, en el tobogán helado de Igls (Austria). Fuente: Spanish Bobsleigh

El piloto asturiano de parabobsleigh, Israel Blanco, en el tobogán helado de Igls (Austria). Fuente: Spanish Bobsleigh

Con 37 años este asturiano se ha convertido en el primer español en disputar una Copa del Mundo de bobsleigh adaptado y con buenos resultados. Busca financiación para seguir en este deporte y llegar a los Juegos de Pyeongchang 2018.

Jesús Ortiz García
Actualizado: 29/01/2015 12:05

Conducir un bólido sobre el hielo a más de 100 kilómetros por hora, sin frenos y con los ojos casi cerrados puede parecer una locura. Para Israel Blanco fue un subidón de adrenalina y una experiencia inolvidable cuando bajaba por el tobogán helado. Este asturiano de 37 años se ha convertido en el primer español en disputar una competición de bobsleigh adaptado y confía en seguir disfrutando de un deporte desconocido en España.

Israel antes de competir. Fuente: Spanish Bobsleigh

Israel antes de competir. Fuente: Spanish Bobsleigh

Cuando hace 3 meses Javier Pintado, director deportivo del ‘Spanish bobsleigh’, le propuso emprender una aventura en esta disciplina, Israel no se lo pensó. Nunca había visto un trineo, tampoco había pisado la nieve, pero su curiosidad y afán de superación le llevó a probar este deporte. «Estaba pasado de peso así que empecé a prepararme físicamente en la piscina, con el ergómetro y perdí 15 kilos para ponerme a punto», relata. El pasado fin de semana se plantó en Igls (Austria) junto a Pintado y a la entrenadora Oxana Tatchina -ex piloto rusa afincada en Marbella- y tras recibir un curso intensivo en la Escuela de Pilotos, se puso a los mandos de un bob para su bautizo en el hielo.

«Me dieron clases para explicarme cómo manejar el trineo y cómo encarar cada curva», cuenta. Con la ‘L’ de conductor novel se enfrentaba en la Copa del Mundo a corredores con numerosas bajadas, pero dio la sorpresa quedando 7º, a 0,77 segundos del oro. «No me lo esperaba porque todos los que quedaron por delante tenían experiencia, incluso los canadienses, a los que gané. Pude quedar más arriba, pero no me fijo sólo en el resultado, sino en lo que me dijeron los profesores al finalizar, lo había hecho muy bien y aprendí rápido», sostiene.

Desde muy joven ha estado vinculado al deporte este asturiano, que sufrió con 21 años un accidente laboral. «Trabajaba como soldador, la estructura metálica en la que estaba subido se vino abajo y me provocó daños en la pierna izquierda, la cual tuvieron que amputarme y también perdí bastante masa muscular en la derecha», cuenta. Aquello no supuso un obstáculo para disfrutar de una de sus pasiones, el balonmano, ya que entrena a un equipo benjamín en Corvera.

Ahora lo compagina con el bobsleigh y ya tiene ganas de volver a subirse al trineo. «Me encanta la velocidad que alcanza, es una especie de vagón de montaña rusa pero dirigido por uno mismo», subraya. Una de las particularidades de esta modalidad es que los bobs salen por la propia inercia, son de un sólo ocupante y disponen de mayores medidas de protección. «Tienen 2 cuerdas con palancas, como las manillas de las cometas. Si giras a la izquierda, las cuchillas o patines delanteros se mueven hacia esa dirección y pasa lo mismo con la derecha», explica.

Sin presupuesto para competir

Según el técnico español, Israel «estuvo a una curva de conseguir medalla frente a pilotos con 3 y 4 años de experiencia, eso deja claro que se le da bien esto». Y eso que casi no va a Austria «porque la Federación Española de Deportes de Hielo se negaba a aprobarle un trámite, decían que no estaba preparado». Pese al buen resultado, el corredor tendrá que esperar unos meses para volver a competir de nuevo, ya que la falta de presupuesto le impedirá estar en la Copa del Mundo de Saint Moritz (Suiza).

Israel junto a Javier Pintado. Fuente: Spanish Bobsleigh

Israel junto a Javier Pintado. Fuente: Spanish Bobsleigh

«Ahora tengo mono, quiero más ya que los pilotos que estuvieron conmigo van a participar otra vez, así que me superarán en la clasificación general. Los equipos grandes tienen instalaciones magníficas y pueden hacer bajadas todas las semanas. Nosotros tenemos que ir a Austria o a Suiza y que la Federación Internacional nos deje un trineo, porque valen unos 20.000 euros», lamenta.

Tienen un año de margen para buscar financiación con la que sufragar los gastos para poder participar la próxima temporada en todas las pruebas. «Ya no tenemos más recursos económicos y es una pena porque Israel hizo unas 15 bajadas y en la última marcó el mejor tiempo de todos los participantes hasta que cometió un fallo fruto de la inexperiencia. Y esas cosas sólo se consiguen con entrenamientos en el hielo. Tiene mucha capacidad de mejora, aunque el problema es que el resto de pilotos seguirán entrenando durante la temporada, mientras nosotros no podemos salir de Asturias», insiste Javier Pintado.

Aún así, seguirán trabajando con con el objetivo de asentarse en la élite del parabobsleigh. «Mi sueño sería poder ir a los Juegos Paralímpicos de Pyeongchang (Corea) 2018, donde será deporte de exhibición. Es algo que tengo en mi cabeza y espero cumplir pese a las dificultades», apostilla Israel.

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