Marcus Cooper: “En los Juegos de Tokio quiero mejorar mi resultado de este año y conquistar dos medallas, en K1 y K4”

Junto a David Cal es el palista español más joven en colgarse el oro olímpico con 21 años. El mallorquín ha asegurado que para él fue una sorpresa y que ahora su objetivo es mantenerse en lo más alto.

Avance Deportivo

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@deportivoavance
26 de diciembre de 2016, 20:00

Marcus Cooper es uno de los referentes del piragüismo nacional e internacional. Con solo 21 años ha conseguido subir a lo más alto del podio en Río de Janeiro en la modalidad de K1 1.000 metros. Hasta entonces el único palista español que lo había conseguido tan joven era David Cal.

Ahora dice estar más motivado que nunca y eso, unido a su ambición, lo hace a soñar sin límites: «No quiero prometer nada, pero en Tokio 2020 lucharé por 2 medallas; quiero estar en K1 y en K4. Después ya se verá, quizás aguante 2 ó 3 ciclos olímpicos más«, comenta. En la embarcación de equipo podría coincidir con Saúl Craviotto o Cristian Toro, campeones olímpicos también en Río: «Todavía no está confirmado, pero es probable que en Tokio las distancia del K4 pase de 1000 metros a 500. Si eso sucede podría competir junto a alguno de ellos y para mí sería un honor», afirma.

Marcus Cooper. Fuente: CSD

Marcus Cooper. Fuente: CSD

Marcus Cooper nació en Oxford, pero con solo 3 meses se trasladó a vivir a Mallorca. A los 12 años empezó a hacer piragüismo de recreo en el Club Naútico de Porto Preto: «Me apunté para ver los peces, pero pronto empecé a fijarme en los deportistas de alta competición que entrenaban allí y, sin más, decidí probar», dice. 3 años después ya formaba parte de la Selección Junior de Piragüismo y fue entonces cuando se dio cuenta de que quería dedicarse a ello profesionalmente. A partir de ese momento la vida empezó a darle sorpresas.

Recién llegado a la Selección se convirtió en campeón del Mundo Junior con el equipo de K4. Fue conquistando podios internacionales en todas las categorías inferiores y lo siguió haciendo en la absoluta. En 2014 fue Bronce en el Mundial de Rusia y en el 2015 Plata en el Mundial de Italia. «Ese año yo no aspiraba a Río, pensaba en Tokio porque era demasiado pronto y ni de broma era el mejor de España. Pero ese verano me dije, ¿por qué no? Entonces me propuse clasificarme para la embarcación de K1 1.000 metros. Algo en mí me decía que podía conseguirlo», asegura. Y lo consiguió por casualidad: «En la repesca solo había 2 plazas y yo quedé 3º, pero uno de los palistas decidió ir a la embarcación doble. Conseguí clasificarme por los pelos».

Se propuso hacer la mejor regata de su vida, asegura, pero en ningún momento se esperaba cruzar la meta en primera posición: «Fue una sorpresa para toda España y también para mí. Era mi primera carrera internacional en esta modalidad y mi objetivo era estar en la final. Fue el tiempo más corto que hice en mi vida, 3:31.447, y hasta que crucé la meta y miré hacia los lados no sabía que había ganado», recuerda.

Marcus Cooper lleva 6 años viviendo en el Centro de Alto Rendimiento del Consejo Superior de Deportes de Madrid, pero desde que volvió de Río de Janeiro decidió entrenar en Mallorca para poder estar más cerca de su familia. «Ése es mi mejor regalo para esta Navidad, poder disfrutar de ellos, y, por eso, celebraremos estas fechas en Inglaterra todos juntos», comenta. A la vuelta de las vacaciones seguirá entrenando con la vista puesta en las próximas competiciones, pero «me lo tomaré con más calma y cuando falten tres años para Tokio volveré a estar en lo más alto».

Él mismo reconoce que su vida ha dado un cambio radical desde que se ha convertido en campeón olímpico. Hoy es un referente y «ahora muchos palistas españoles me piden consejos». Él repite siempre lo mismo: «La clave es confiar en ti y marcarte objetivos ambiciosos, sin ponerte límites». De momento, Marcus Cooper no ha encontrado el suyo.

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