Río de Janeiro
El 1 de enero de 1502, el explorador portugués Gaspar de Lemos atracó su barco en una bahía de la costa brasileña, llamada actualmente bahía de Guanabara. De Lemos la confundió con la desembocadura de un río, y la bautizó con el nombre de ‘Rio de Janeiro’: literalmente, ‘río de enero’.
Pero fue Estacio de Sa quien fundó el 1 de marzo de 1565 la ciudad de Río de Janeiro propiamente dicha, sede del Gobierno brasileño desde 1764 hasta 1960, año en el que la sustituyó Brasilia. No obstante, Río sigue siendo el destino turístico más popular de Brasil y su centro cultural. Destaca también como segunda urbe más poblada del país, con más de 6 millones de habitantes.
Su incomparable belleza natural, su rica historia y la contagiosa alegría de vivir de los cariocas han contribuido a hacer de Río un lugar conocido y apreciado en todo el mundo. En el calendario de fiestas y festejos de la ciudad figuran las celebraciones de Nochevieja, y un Carnaval famoso en el mundo entero. Esta bulliciosa metrópolis constituye el campamento base ideal para explorar la selva tropical y la sucesión de playas magníficas que la delimitan; a la vez, la ‘Cidade Maravilhosa’ ofrece a los amantes de la vida urbana moderna todo lo que puedan desear.
Sin lugar a dudas, Río de Janeiro es una ciudad llena de contrastes: una magnífica arquitectura colonial, reminiscencia de épocas pasadas, y unas imponentes edificaciones modernas, símbolo de un futuro prometedor. Pero sus atracciones turísticas más destacadas son la montaña del Pan de Azúcar y la estatua del Cristo Redentor que se alza en la cima del cerro del Corcovado. Millones de postales con sus imágenes se envían a todos los rincones del planeta.
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Río de Janeiro es la viva estampa del fútbol brasileño. En sus calles, parques y amplias playas, grandes y pequeños se divierten jugando con un balón en los pies. En ella han nacido futbolistas de fama mundial, como Jairzinho, Zico, Ronaldo y Romario, por nombrar tan sólo a unos cuantos.
Cuatro de los clubes más importantes de Brasil tienen su sede en la Ciudad de las Maravillas: Botafogo, Fluminense, Vasco da Gama y Flamengo; este último con la mayor hinchada de todo el país: más de 30 millones de seguidores.
El fútbol es como una religión para los cariocas y su templo es el mítico Maracaná, de propiedad estatal, sin duda el estadio más famoso del mundo, y antaño también el mayor. El Maracaná, que lleva oficialmente el nombre de estadio Mário Filho en honor de un famoso periodista deportivo, se inauguró poco antes de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 1950 y albergó cinco de los seis partidos que disputó la selección anfitriona en dicha competición, incluida la aciaga derrota por 1-2 a manos de Uruguay en la gran final. Aquel calamitoso fracaso del 16 de julio de 1950 («el Maracanazo», como gusta en llamar Uruguay, la selección campeona) será por siempre recordado en Brasil como un desastre nacional.
El Maracaná ha sido renovado para la Copa Mundial de la FIFA 2014, para mejorar la calidad de sus instalaciones que seguirán siendo las de mayor capacidad en Brasil con 75.117 localidades.
El ‘Engenhão’, que fue construido para los Juegos Panamericanos de 2007 y que también será utilizado en los Juegos Olímpicos de 2016, es el estadio del Botafogo. El Vasco es el propietario del São Januário, un recinto construido en los años 20 y que fue el estadio más grande del país antes de la inauguración del Maracaná.