Carolina Marín: «En el Mundial tengo que sorprender, me tienen muy analizada»

La onubense Carolina Marín durante el Europeo  que conquistó en abril. Fuente: AD

La onubense Carolina Marín durante el Europeo que conquistó en abril. Fuente: Badminton Europe

La onubense desafía a las jugadoras asiáticas en el Mundial de bádminton: «Me da igual que mi rival sea china, coreana o tailandesa, quiero una medalla».

Jesús Ortiz García
Actualizado: 21/08/2014 10:35 horas

A base de trabajo, talento, garra y determinación se ha convertido en la reina del bádminton en Europa pero sus límites van mucho más allá y ya se codea con la aristocracia de este deporte. Carolina Marín parece una foránea entre las grandes dominadoras del volante, las asiáticas, pero no se amilana y ya otea con ganas el Mundial que arranca este mes en Dinamarca: «Voy a ir a por todas, me da igual que mi rival sea china, coreana o tailandesa. Quiero una medalla».

En abril escribió el capítulo más dorado en la historia del bádminton español tras coronarse campeona continental, un título que le ha servido para escalar peldaños en el ránking mundial -ocupa la 10ª posición- y para obtener mayor reconocimiento, como la medalla de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo. «Me ha cambiado un poco la vida el oro en el Europeo, varios patrocinadores se han puesto en contacto conmigo y ahora la gente me conoce más», dice.

Aunque no tanto como en Asia, un continente que admira a la onubense. «Más de la mitad de mis seguidores en redes sociales son de Indonesia, allí me paran en la calle para pedirme fotos y autógrafos, es increíble», añade. También es conocida en Tailandia, país en el que ha estado 3 semanas de concentración junto al equipo español, compartiendo pista con Ratchanok Inthanon, actual campeona del mundo.

Carolina Marín. Fuente: AD

Carolina Marín. Fuente: AD

«He podido entrenar con muy buenos sparrings, que tienen una calidad diferente a la que hay en Europa. En la gira asiática que hice comprobé que los pequeños detalles que he mejorado este año como mi rectificado, juego en la red o juego defensivo funcionan contras las mejores jugadoras, así que estoy contenta», subraya.

Sin embargo, Carolina es consciente de que cada vez más sus adversarias la observan con lupa. «Estudian más mis movimientos y mi forma de jugar, me tienen muy analizada. En cada partido que juego hay una cámara de los chinos, japoneses y otros países que me están grabando. Por ello toca cambiar aspectos de mi juego en el Mundial, voy a intentar sorprender para que mis rivales no se lo esperen», recalca.

Molestias en el hombro

La andaluza es un volcán en la cancha, nunca baja los brazos y confía en su fortaleza mental y en su zurda como látigo para atizar a las oponentes. A Dinamarca llega con ilusión y confianza, aunque con algo de dudas: «He tenido un problema en el hombro y no me permitía hacer mis mejores golpeos, los de ataque. Pero va mejor y a ver si con la ayuda del fisio me puedo marchar con buenas sensaciones».

De momento, el sorteo del Mundial le ha sonreído, ya que ha evitado el cuadro en el que figuran la número 1 del mundo, Li Xuerui y la tailandesa Inthanon. Su rival en dieciseisavos saldrá de la vencedora entre la neozelandesa Michell Chan Ky y la malasia Jing Yi Tee. «Un campeonato del mundo es de un gran nivel y cualquiera puede ganar. Pero soy muy ambiciosa, me marco un objetivo complicado y sí doy lo mejor de mí y estoy concentrada partido a partido, puedo luchar por una medalla», asegura.

En la pista danesa no faltará uno de sus amuletos, la medalla de la Virgen del Rocío, ni tampoco el aliento de sus padres, que la animarán desde la grada. Después tocarán unos días de desconexión y en septiembre vuelta a la rutina, con horas y horas golpeando el volante y nuevos desafíos, como su participación en la liga francesa. «Este año he cumplido el objetivo de estar entre las 10 primeras. El próximo quiero mejorar y empezar a mirar ya a los Juegos Olímpicos de Río», sentencia la campeona de Europa.

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