Fuente: Comité Olímpico Español

La generación de oro del baloncesto español ofrece un último servicio y gana un bronce muy sufrido. Una última defensa con 4 segundos en el marcador le privan a Australia de subirse al tercer cajón del pódium.

Javier Enrique García

@Javier_Garvi8
21 de agosto de 2016, 19:10

Plata en Pekín 2008, plata en Londres 2012 y bronce en Río 2016. Este es el palmarés de un equipo irrepetible que ha logrado competir al máximo nivel de los ‘terrenales’ si excluyéramos de esa terna a unos Estados Unidos de otra galaxia baloncestística. Pero por si fuera poco esta generación de jugadores, los Gasol, Reyes, Navarro en su columna vertebral han logrado 3 medallas de oro, de plata y 1 de bronce en Campeonatos del Mundo y de Europa para consagrase como el mejor equipo del planeta en 2006.

Tras perder contra Estados Unidos en las ‘semis’ y cuajar un torneo irregular desde el comienzo, los hombres de Sergio Scariolo estaban preparados para servir un último servicio y traer una nueva medalla a España. Su principal jefe y comandante se encontraba resentido de los cuartos contra Francia pero debería demostrar una vez más por qué es uno de los mejores pívots de la historia de la NBA. Pau Gasol saltó al Carioca Arena a dejar su sello y con 31 puntazos intimidó a los Andersen o Bogut que acabó con unos pobres 2 puntos para un campeón de la mejor liga del mundo con los Golden State Warriors.

El ambiente era frío antes del comienzo del encuentro y se fue calentando con el paso de los minutos. España salió muy enchufada gracias a la aportación del pívot Nico Mirotic con 14 puntos para ser el segundo máximo anotador de la Selección. La selección ‘aussie’ tuvo su resurrección tras perder por más de 17 puntos en el primer cuarto y se encargó de solucionarlo un incombustible ‘Patty’ Mills.

Se marchaban los dos equipos a la caseta con la máxima igualdad en el marcador y con el ambiente bastante caliente por varias decisiones arbitrales, incluidas técnicas a los dos banquillos. Con la renaudación del tercer cuarto seguía la batalla y una alta intensidad defensiva que concurría en muchos enfrentamientos individuales. El bronce estaba muy codiciado y todo se dejaría para los últimos segundos del partido.

Un hombre mantuvo en tensión a España en los últimos minutos y ese fue el ‘Chacho’ Rodríguez que tiró a canasta cuando la Selección más lo necesitaba. El canario está acostumbrado a aparecer en los últimos instantes como en el Real Madrid y bien lo sabe Sergio Llull que ya ha metido varias canastas salvadoras. El nuevo jugador de los Sixers repartió el juego con España por debajo del marcador y encestó varios tiros libres vitales a falta de 10 segundos en el luminoso.

Los australianos querían este bronce por encima de todo y estarían dispuestos a dejarse el alma si fuera necesario. El pívot Andersen encestaría los dos tiros libres para poner a los oceánicos uno arriba, algo muy inusual dado su bajo porcentaje en acierto desde la línea personal. Pau Gasol colaría los dos siguientes tiros libres y sólo quedarían 4 segundos para defender al máximo y no permitir que encestara una canasta su nuevo compañero en los San Antonio Spurs, Patrick Mills. Con una defensa bien preparada por Scariolo los españoles conseguirían forzar la circulación australiana y Víctor Claver con un palmeo espectacular mandarla al cielo del pabellón. España logra una nueva proeza cuando peor marchaban las cosas y consigue la tercera medalla olímpica consecutiva.

Ficha técnica:

88; Australia (17+21+26+24): Mills (30), Dellavedova (6), Ingles (4), Bogut (2) y Baynes (6) -cinco inicial- Andersen (15) Martin (0), Broekhoff (13), Lisch (0) y Motum (12).

89, España (23+17+27+22): Ricky Rubio (3), Llull (2) Rudy Fernández (10), Mirotic (14) y Gasol (31) -cinco inicial-, Navarro (3), Hernangómez (2), Felipe Reyes (7), Sergio Rodríguez (11) y Claver (6).

Árbitros: Belosevic (SRB), Anderson (USA) y Vázquez (PUR). Eliminaron, por cinco faltas personales, al australiano Bogut

Incidencias: Partido por el tercer y cuarto puesto del torneo olímpico disputado en el Carioca Arena 1 de Río de Janeiro.