Los valores del deporte, a la cárcel en Málaga

Prisión Archidona (Málaga). Fuente: APDM
El Edificio Cultural del Centro Penitenciario Málaga II ha acogido una nueva parada de ‘El deporte va por barrios’ con una historia de superación que cautivó a los internos y personal de la prisión, teniendo como protagonista al exjugador de baloncesto, Óscar Lisbona.

Avance Deportivo
@deportivoavance
16 de mayo de 2025, 12:00
Sonriente, tranquilo y con mucha buena vibra. Óscar Lisbona dio un recital de positivismo el pasado jueves en el Centro Penitenciario Málaga II (Cárcel de Archidona) en una nueva parada del proyecto social y deportivo ‘El deporte va por barrios’, programa organizado por la Asociación de Periodistas Deportivos de Málaga con la colaboración de Fundación “la Caixa” a través de CaixaBank. Desde su primera frase hasta la última fueron un grito a la vida, a las oportunidades que ésta te brinda a pesar de las dificultades y a la lucha por salvar las piedras que cada uno se encuentra en el camino. El salón de actos del centro, ocupado en exclusividad por internos y personal de la prisión, vibró con sus profundos y sentidos mensajes.
La historia de Óscar Lisbona es de esas que erizan la piel y de las que dejan sin respiración. Aquel 29 de junio de 2003 en la que sufrió un grave accidente de tráfico está marcado a fuego en la mente de este jugador de baloncesto que prometía grandes tardes de gloria cuando aún era joven. En un abrir y cerrar de ojos su vida cambió. Pasó de dar asistencias y de anotar canastas en los últimos segundos de partido a verse en un coma durante 33 largos y angustiosos días. Y no fue un coma cualquiera, sino un coma Grado 4 en la Escala de Glasgow, el segundo más grave que existe y del que solamente sobrevive un 10% de los que caen en él. Su forma de ser, sus ganas de vivir y el apoyo incondicional de su familia le enseñaron el camino para superar lo que parecía insuperable.
“El accidente no me ha cambiado. Sigo siendo el mismo chico que era antes. Lo que sí soy es mejor persona. Eso lo tengo muy claro. Todo lo que ocurrió me ayudó a valorar mucho más las pequeñas cosas. Lo que quizá vosotros veis más cotidiano y más normal para mi es algo muy grande. Darle un beso a mi hija, poder dar los buenos días, disfrutar de unas vacaciones con mi familia… Eso para mi cobra un sentido muy grande desde entonces”, explicaba Óscar entre admiración de los reclusos presentes. “No suelo pensar mucho ni darle vueltas a lo que pasó aquel día. Cuando desperté del coma me hicieron varias preguntas a las que contestaba poco a poco, pero cuando me preguntaron: ¿Qué hiciste ayer? No recordaba absolutamente nada. Me explicaron que había pasado 33 días dormido y yo no me había dado cuenta de nada”, concretó.
A partir de entonces comenzaba una dura lucha por volver a aprender, a caminar o a expresarse de nuevo, a vocalizar, pero también una bonita pelea por cumplir todos y cada uno de sus sueños: “Fueron momentos muy duros, pero si tenía algo claro era que esto no iba a frenarme a la hora de poder seguir mi vida y cumplir mis sueños”. Esto es algo que hoy lleva por bandera y que lo tiene grabado en la mente en cada paso que da. “Junto a mi familia, mi mujer, mi hija, esos amigos que estuvieron conmigo cada día… Superar cada reto es algo indescriptible. Quise ser padre, y soy padre. Quise ser maestro y me saqué la carrera, además de la oposición. Tenía claro que iba a salir de todo eso y mírame 20 años después. Todo lo que he conseguido ha sido con esfuerzo, nadie, absolutamente nadie, me ha regalado nada. Todo me lo he ganado yo a base de fuerza, de creer y de superarme con la ayuda de los míos”, enumeró.
Como viene siendo habitual, este programa social y deportivo que organiza desde 2022 la Asociación de Periodistas Deportivos de Málaga (APDM), viene de la mano de Fundación “la Caixa” a través de CaixaBank. En esta ocasión se contó con la presencia de Yolanda Solero, responsable de Acción Social de CaixaBank en Andalucía Oriental; Francisco Arjona, director de la oficina de CaixaBank en Archidona; y Javier Garrido, director del Área de Negocio de CaixaBank en Málaga Interior, que tuvo unas bonitas palabras para todos los presentes. Además, alrededor de 60 internos del centro penitenciario junto a distintos educadores, monitores y personal de la prisión no quisieron perderse esta brillante charla que estuvo moderada por el asociado de la APDM y periodista de Cadena Cope Málaga, Emilio Guerrero.
“Me encontré con puertas cerradas”
Pero no todo fue como Óscar creía que sería. A los episodios positivos, de superación, de implicación de su gente más querida, también se le unieron momentos en los que no encontraba la respuesta que buscaba. “Un día me acerqué a la Once a solicitar ayuda laboral y lo que me ofrecieron era vender cupones, pero yo no quería eso. Si hubiera tenido que hacerlo lo hubiera hecho sin ningún problema, pero yo sabía que podía derribar muchas puertas y quitarme etiquetas. Yo lo que quería era ser profesor y no iba a permitir que ese sueño se me escapara”, sentenció y entendió que si alguien te cierra una puerta ya se abrirán otras ventanas “y ya nos encontraremos en el camino y verás de lo que he sido capaz. Se lo repetía mucho a mi madre. Yo no quería que la gente sintiera pena por mí, yo lo que necesitaba desde el primer día en el que me desperté del coma era reincorporarme a la vida”.

Prisión Archidona (Málaga). Fuente: APDM
La tarde iba de aprendizaje continuo, pero también de momentos emotivos e inesperados para el protagonista. Entrenadores que tuvieron a Óscar a sus órdenes en la cantera de Unicaja, como Paco Alonso; antiguos compañeros de baloncesto como Marcos Baltanás; o Cristina, su mujer, junto a su hija, no quisieron perderse este día y a través de varios vídeos hablaron de lo que significa Óscar para ellos y cómo lograron superar las distintas situaciones que el destino les iba poniendo delante.
Pero sin duda uno de los momentos de la tarde fue cuando sus padres y hermano aparecieron en escena para dejar clara la admiración que tienen por él y por todo lo que ha superado. Las lágrimas no eran de tristeza ni mucho menos, sino de agradecimiento eterno a los que le empujaron a seguir su camino. “Mi familia fue vital para salir hacia adelante. El primer año, en el que estuve en silla de ruedas hasta que pude empezar a caminar con muletas, ellos eran los que me sostenían. Fueron muchísimas horas de fisioterapia, de trabajo para estimular mis músculos, y de situaciones que parecían que eran insalvables pero con ellos cerca nada era imposible”, apostilló.
Concluía Óscar Lisbona una nueva parada de ‘El deporte va por barrios’ dando ánimos a los internos y haciéndoles ver “que la vida siempre da segundas oportunidades a quien las merece. Todos podemos equivocarnos, vosotros os habéis equivocado y con paciencia, fuerza y optimismo os llegará el día en el que podáis dejar atrás esta etapa y ser personas nuevas. Lo que estáis viviendo ahora mismo seguro que os hace mejores, tal y como el accidente me hizo a mí”. Así, y tras leer varios mensajes de internos escritos en un papel justo a la entrada del salón de actos donde explicaban sus sueños una vez conseguida la libertad, se volvían a cerrar las puertas de un Centro Penitenciario Málaga II que sin duda a partir de hoy tendrá un poquito más de esperanza y una perspectiva de vida más bonita.