Los padres, ¿impulso o barrera en el deporte base?

Fuente: AD

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Con motivo del 4º Congreso Internacional de Deporte Inclusivo hemos entrevistado a Francisco Alberto Antolín Lucas, coordinador de deportes de la Once en Granada y Andalucía orienta, que descata el deporte de base y de competición en la ceguera y discapacidad visual.

María López
Actualizado: 21/05/2015 21:25

Deficiencia visual, ceguera, problemas que no impiden la práctica del deporte. Cada día una nueva persona discapacitado salta a la palestra y demuestra que él también puede ser deportista de élite. Ellos también pueden practicar de deporte, en equipo o individual, y Once es una de las organizaciones responsable de ello, impulsando el deporte desde la base.

Pregunta.- ¿Cuál es el tema de su ponencia en el congreso?

Respuesta.- De lo que se trata es de poner en manifiesto los distintos deportes que desde la Once desarrollan los deportistas, desde que empiezan hasta que algunas llegan a ser, incluso, deportistas de alto rendimiento.

Francisco Alberto Antolín Lucas. Fuente: AD

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P.- ¿Qué actividades realiza Once enfocadas al deporte base?

R.- Nosotros dependemos mucho de las capacidades del niño porque no a todos les gusta el mismo deporte o no tienen la misma vida activa o sedentaria. Nosotros lo que hacemos es organizar talleres de multideporte para que los niños puedan probar los distintos deporte como el caso del atletismo, la natación o el fútbol sala. Deportes en los que se ha hecho una adaptación bien en el reglamento o bien en el utillaje para que lleguen a practicarlo. Además, contamos con un deporte específico, el deporte rey digamos, que se llama goalball, un deporte creado para personas ciegas. Se empieza haciendo deporte a través del juego y a partir de ahí se van viendo ya las inquietudes y la forma que tiene cada niño para practicarlo.

P.- ¿Crees que la primera barrera para practicar un deporte cuando se tiene alguna discapacidad es la concienciación?

R.- Exactamente, aun teniendo una discapacidad no dejamos de ser personas, son niños como cualquier otro. Entonces si motivas a tu niño y lo incentivas en la participación y, además, te encargas de que pruebe todos los deportes, evidentemente esa primera barrera ya la has salvado. Eso pasa igual en el sector de la no discapacidad, si tú como padre te encargas de que tu hijo haga deporte y lo potencias, se lo fomentas y le transmites lo importante que es el deporte para el desarrollo y el crecimiento, al final siempre sale un niño deportista. No todos podemos ser unos deportistas de élite igual que no todos podemos ser médicos o ingenieros. Lo importante es todo lo que el deporte va dejando por el camino, al final son experiencias. Es un enriquecimiento personal con beneficios en el crecimiento del niño. Llegar a ser deportista de élite o no, eso lo dirá el tiempo.

P.- El título de la ponencia es ‘Deporte de base y competición’. Desde la Once ¿qué diferencias existen? ¿Arropáis de alguna manera especial cuando veis que un niño despunta? O ¿en qué momento pasa a ser de un deporte amateur a un deporte de competición?

R.- La Once y la Federación Andaluza de Deportes para Ciego y por encima la Federación Española de Deportes para Ciegos son quienes organizan diferentes competiciones de las modalidades deportivas que nosotros tenemos. Cuando tienes un niño de 10-11 años y ves que hace una marca buena, pones el ojo sobre el niño y empiezas a transmitir primero al padre y luego a los maestros que le hagan un seguimiento. Además, intentas inscribirlos en algún club de atletismo de su barrio o de su entorno, siempre con el asesoramiento de un profesional de la Once porque un monitor de un taller de atletismo no tiene porque saber cómo trabajar con un niño ciego. Ahí estamos nosotros para darle a esa persona el asesoramiento necesario y así ese niño pueda llegar a ser un gran deportista.

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P.- De hecho hay federaciones que ya están incluyendo el grado adaptado o paralímpico como es la de ciclismo. Esto supone más formación para los seleccionadores y entrenadores. ¿Cómo va vuestra relación con las federaciones?

R.- Nosotros lo que tenemos en nuestra federación  es un técnico especialista en cada uno de los deportes. Ese técnico es el que se encarga de organizar todas las competiciones a nivel nacional y de que el afiliado a la Once y deportista de élite esté presente en competiciones internacionales. Esta persona es la experta en cada modalidad deportiva y es la que se encarga de hacer un seguimiento muy estrecho del niño. Primero desde que empiece a conseguir medallas y a ir a campeonatos nacionales y, también, a algunos europeos. Cuando el niño tenga 17 o 18 años es cuando más atento está nuestro seleccionador. El objetivo ahí es darle el mayor apoyo al entrenador que el niño tenga en su entorno. Distinto es cuando ya cuando se sube al siguiente escalón. Nuestra labor ahí es, si hace falta, becar algún deportista para que se quede en algún centro de alto rendimiento estudiando y entrenando, como es el caso de la Residencia Blume en Madrid. La Once le da el soporte que necesite ese chaval.

P.- ¿Cuántos deportes englobáis?

R.- Tenemos fútbol salas de ciegos totales, fútbol sala de deficientes visuales, atletismo, natación, judo, ajedrez, goalball y tiro. Luego, además, contamos con ciclismo en tándem que lo practican muchos afiliados a la Once pero ya no lo recoge nuestra federación porque ahora pertenece a la Unión Ciclista Internacional.

P.- ¿Qué principales problemas ve en la participación de niños con discapacidad visual o ceguera en competiciones o deporte amateur?

R.- El problema que nos podemos encontrar es el mismo que una persona sin discapacidad. Nosotros nos encontramos con padres de niños que tienen muchísimas cosas que hacer y se encuentran con la dificultad de llevar a su niño a entrenar. Nosotros intentamos promover muchísimas actividades pero luego no todos los niños manifiestan inquietud de hacer un deporte u otro. Y hay que añadir un tercer problema, y es que una persona sin ningún tipo de discapacidad y con 12 o 13 años va sola a entrenar, pero un niño ciego es más complicado, normalmente los padres nos sentimos más reacios. Aunque desde Once le hemos enseñado a hacer ese itinerario, no es fácil para un padre dejar que su hijo lo haga solo. Son pequeñas trabas que las vas uniendo y les cuesta bastante trabajo acudir al entrenamiento.

 

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