Carolina Marín sale de caza a por el oro europeo

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La jugadora onubense Carolina Marín. Fuente: AD

La jugadora onubense de bádminton, Top 10 mundial y número 1 en el Viejo Continente, confía en su gran estado de forma para conquistar el título en Kazan (Rusia).

Jesús Ortiz García

En Asia la suelen parar para pedirle fotografías y autógrafos, en la India disputó uno de los torneos más importantes después de que un club pagase para que participara. En el pasado Mundial llegó a unos cuartos de final, debutó en Londres en unos Juegos Olímpicos con 19 años y ahora es la reina del bádminton en Europa. Carolina Marín mantiene una progresión imparable y no se detiene.

Del 23 a 27 de abril disputará en Kazán (Rusia) el campeonato Europeo, donde estrenará su recién Top 10 del mundo. «Para mi esto supone un objetivo cumplido esta temporada y ahora lo difícil es mantenerse y subir, pero para mi no hay obstáculos», asegura la onubense. Este logro le ha aportado una dosis de confianza para encarar la competición: «No tengo presión ninguna porque nadie me obliga a hacer lo que estoy haciendo y sólo yo me marco estos objetivos junto con mi entrenador Fernando Rivas».

La joven andaluza se ha desplazado hasta Dinamarca, país de su club, el Odense, para preparar la cita en la ciudad rusa. Con un buen puñado de medallas y reconocimientos en su palmarés, su espíritu ambicioso le lleva a buscar otro reto: el título de campeona en el Viejo Continente. «Tengo en mi mente sólo el Europeo, al que voy a ir a por todas, a disfrutarlo partido a partido y a por el oro», subraya.

Su número 1 en el ranking de Europa es un aliciente más para sus adversarias en Rusia, pero Carolina tiene clara sus intenciones: «Siempre pienso en mí, no en lo que piensan las demás, por eso cuando juego contra cualquier rival sea peor, igual o mejor que yo nunca les puedo dar ventaja o cualquier tipo de motivación que haga ponérmelo difícil». «Mi rival más fuerte soy yo misma», añade.

La onubense, que es una jugadora muy competitiva, con un látigo en su brazo izquierdo y que nunca da un punto por perdido, crece a pasos agigantados en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. «Estoy muy contenta, he mejorado muy rápido pequeños detalles de mi juego y he progresado bastante porque día a día he estado muy concentrada en todos los entrenamientos», comenta.

La clave de su éxito es su entrega, esfuerzo y trabajo diario con la raqueta y el volante: «La gente se queda sorprendida de tantas horas que dedico a este deporte. Es mi profesión y es lo que me gusta hacer día a día por eso me implico tanto. Me han llegado a decir que porque no me llevo un colchón y una almohada y me quedo a dormir en el pabellón, que es donde paso el mayor tiempo del día», apunta Carolina.

Ha dejado de ser una promesa del bádminton para convertirse en una realidad y a sus 20 años cada vez tiene más cerca a las asiáticas. «Jugando como juego y dándolo todo en la pista sé que podría hacer un buen papel en cualquier torneo», recalca. El oro europeo lo tiene entre ceja y ceja.

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