El ejercicio, la mejor receta para la salud si es voluntario, cansa y se disfruta

Ejercicios para embarazadas. Fuente: SAMEDE

Ejercicios para embarazadas. Fuente: SAMEDE

El deporte también puede y debe adaptarse a las características de personas con fibromialgia, a embarazadas o con problemas de dolencia, como son las escuelas se espalda. De esta forma, se puede mejorar la calidad de vida, según los profesionales.

Avance Deportivo

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@deportivoavance
10 de enero de 2017, 12:00

Ya lo decía el andaluz Cristóbal Méndez, considerado el primer médico del deporte, en el año 1553 cuando escribió su libro sobre ‘El exercicio corporal y sus provechos’: «el ejercicio para proporcionar beneficios médicos tiene que cumplir tres requisitos: que haya voluntad libre para realizarlo, que su intensidad y duración produzcan cansancio y acelere la función respiratoria (lo que confirma que el movimiento es óptimo) y, por último, que se encuentre placer y regocijo en hacer ejercicio».

Y reconocía el paseo como ejercicio. Recetar ejercicio, por tanto es recetar salud. El ejercicio provoca movimiento y este calor y así se consumían y eliminaban elementos de desecho. «El encontrar esa clave de fisiología era más filosófico que real en su tiempo, pero hoy en día conocemos que su argumentación era cierta, ha afirmado Concepción Ruiz Góméz, directora del área de Medicina del Deporte del Colegio Oficial de Médicos de Málaga (COMM) y vicepresidenta de la Sociedad Andaluza de Medicina del Deporte (SAMEDE).

Según la especialista, «el ejercicio produce salud y restaura la salud bien a quienes la han perdido por causas innatas o por causa de malos hábitos». «Hay que acomodar el ejercicio según sexo, edad, complexión o temperamento. Eso nos decían los médicos clásicos y eso postulan hoy día los expertos en ejercicio», ha descrito Concepción Ruiz, quien ha hecho hincapié en que «la salud se pierde si somos inactivos».

La falta de ejercicio es causa de enfermedad. Y por ello se desarrolló ‘Exercise is Medicine®’, que es una iniciativa de salud global administrada por el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) que se centra en alentar a los médicos de atención primaria y otros proveedores de atención médica a incluir la actividad física al diseñar planes de tratamiento para pacientes y remitir a sus pacientes a que realicen programas de ejercicio asesorado por profesionales.

El ejercico también ayuda a la curación de enfermedades. «La prescripción de actividad física en la dosificación correcta es una receta altamente eficaz para la prevención, tratamiento y manejo de más de 40 de las condiciones crónicas de salud más comunes encontradas en la práctica clínica», ha informado la médica que ha señalado que «en nuestros días hay una universalización del concepto: todo el mundo a todas las edades y condiciones debe hacer ejercicio. Es cierto, pero hay que personalizar pues un paciente, por ejemplo, con Síndrome de Fátiga Crónica no puede hacer determinados ejercicios».

De esta forma, «en determinadas fases de enfermedad sólo el médico del deporte o el cardiólogo deportivo son quienes deben prescribir el ejercicio», ha especificado la experta que, en su opinión, «por ejemplo, en la fibromialgia por su edad habitual de presentación es frecuente que se sufran lesiones del aparato locomotor, como tendinitis, artrosis, artritis u osteoporosis, entre otras. Todo el conjunto de estas patologías deben ser valorada previamente por el médico para indicar la práctica del ejercicio regular».

El ejercicio físico aeróbico es eficaz en enfermedades (fibromialgia, cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares…) para conseguir una mayor calidad de vida. Pero no se debe pretender obtener ventajas muy rápido, se necesitan de seis meses o un año de práctica continuada en el programa específico que se le diseñe para obtener beneficios.

Según la vicepresidenta de SAMEDE, «siempre antes de comenzar una rutina de ejercicio debemos consultar al médico especialista y si se produce algún cambio en nuestra vida como tener fiebre, cambiar un tratamiento, tener dolor articular o cansancio muscular excesivo tendremos que evitar la práctica del ejercicio y volver a consultar».

Es importante que cada uno elija el tipo de ejercicio que le resulte más atractivo, «ya que ese es el secreto para mantenerse constante y no abandonar; no debemos olvidar que las actividades practicadas en grupo y dirigidas por un profesional nos van a aportar grandes ventajas como aseguramos que el ejercicio lo vamos a realizar de forma correcta y bajo supervisión del monitor especializado», ha dicho la también responsable médica del Servicio de Deportes de la UMA. Por otra parte, «una actividad en grupo desarrolla también nuestra faceta social, poniéndonos en contacto con otras personas que pueden tener situaciones similares a la nuestra y con las que podemos llegar a entablar una relación gratificante».

¿Cómo hacer ejercicio?

Siempre se debe incluir un calentamiento, un programa de ejercicio aeróbico suave y una secuencia de relajación o vuelta a la calma. Así, los ejercicios deben ser supervisados por el profesional y es importante antes de iniciar el programa tomar conciencia del modelo de utilización muscular. Por ejemplo, contraer un músculo mientras se reduce su longitud (se acorta) acostumbra a ser bien tolerado pero, en cambio, la contracción con elongación (centrífuga) produce normalmente un aumento del dolor. Por lo tanto, en la fibromialgia es importante reducir los movimientos de contracción con elongación en la vida diaria y, por supuesto, durante la práctica del ejercicio.

Hay que ser gradual. Caminar entre 20 y 30 minutos en terreno llano 3 veces por semana al principio y tras un mes, pasar a hacerlo cada día, sin detenerse. «El ejercicio físico es nuestro mejor seguro de vida ya que nos ayuda a controlar algunos factores de riesgo como la hipertensión el colesterol o la diabetes, además fortalece nuestro corazón y nos ayuda a controlar nuestro peso», ha argumentado Concepción Ruiz, quien ha subrayado que «un ejercicio moderado y continuado mantenido durante 30 minutos y practicado entre 3 y 5 días a la semana es algo que deberíamos mantener en nuestra vida como un hábito saludable indispensable».

Normas para mantenerse activo

  1. Comenzar por una actividad mínima y hacer pequeños incrementos semana tras semana.
  2. Intentar determinar a qué hora del día es más fácil aumentar o programar la actividad, es decir, que si se siente mejor a las 12 del mediodía o a las 7 de la tarde, hacer el ejercicio a esa hora y no a otra.
  3. Comentar el inicio del plan de actividad con familia y amigos para intentar conseguir colaboración para que respeten esa franja horaria.
  4. Tras perder un día de actividad no intentar recuperarlo al siguiente, pero tampoco perder el terreno ganado a la enfermedad.
  5. Comenzar por 5 minutos e incrementar 5 más cada semana hasta conseguirlo.

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