Estela Doiro personifica la inclusión de personas con problemas de audición en el deporte

 

La jugadora del club de balonmano Costa del Sol protagonizó el tercer encuentro de un programa que ya ha estado presente en La Palmilla y Cortijo Alto. En esta ocasión el objetivo se centra dar visibilidad y normalizar la situación de los ciudadanos sordos.

 

Fran Navarro

Fran Navarro

@FramNavarro22
8 de abril de 2022, 12:22

 

La tercera entrega del programa “El deporte va por barrios” ha tenido lugar en el barrio de Lagunillas, previamente este programa ha pasado por barrios como La Palmilla o Cortijo Alto. Esta vez los protagonistas han sido la Federación de Personas Sordas de Málaga y la jugadora de Balonmano Estela Doiro, perteneciente al club Costa del Sol.

Esta asociación federada ha puesto a disposición del programa su sede social para que la Asociación de Periodistas Deportivos de Málaga, la Diputación y la fundación La Caixa materialicen este encuentro con esta deportista, que también sufre un problema de audición ya que padece una enfermedad hereditaria y degenerativa que le hace ir perdiendo audición poco a poco.

Pero esa circunstancia no le ha impedido desarrollar su carrera deportiva con total normalidad, con la ayuda de dos audífonos.

En el acto han intervenido Francisco Ramos, director del área de negocios de Caixa Bank; Borja Vivas, director del área de deportes de la Diputación Provincial de Málaga; Gregorio García, vicepresidente de la asociación y Félix Moreno, presidente de la Peña Malaguista de Sordos.

Estela encarna la posibilidad de que una persona con problemas de audición pueda hacer una vida normal y competir al más alto nivel deportivo. Lleva jugando al balonmano desde los 6 años y no fue hasta alrededor de los 20 cuando empezó a notar que tenía problemas para oír bien. Es cierto que ella cuenta con una ventaja con respecto a las demás personas sordas que se encontraban en el acto y es que ella empezó su carrera deportiva siendo una persona oyente y ha ido perdiendo audición con el paso de los años, pero no nació siendo una persona sorda.

Para los integrantes de la asociación que han intervenido, como Gregorio eso es una gran diferencia ya que las barreras con las que se encuentra una persona sorda de nacimiento, son mucho mayores, a ellos simplemente les niegan la posibilidad de practicar un deporte como el balonmano junto a personas oyentes.

O como otro miembro de la asociación que ha contado como de jóvenes, él y un grupo de chicos formaban uno de los mejores equipos de balonmano de la ciudad y nunca se les propuso seguir compitiendo en niveles más altos.

A pesar de esa circunstancia Estela se ha mostrado enormemente comprometida y dispuesta a escuchar a todos los asistentes que han querido intervenir para hacerle llegar cualquier mensaje.

“Hay que darle más normalidad, quizás la pérdida de audición no esté tan normalizada como los problemas de vista y casi todo el mundo lleva gafas, pues esto tiene que ser igual, hay que darle normalidad”.

La docente y jugadora del Costa del Sol, equipo vivo en 3 competiciones (liga, copa de la reina y competición europea), ha transmitido que el momento del diagnóstico de su pérdida de audición fue un palo en un primer momento, pero hoy en día lo vive con total normalidad y no le supone ningún problema para hacer vida normal y desarrollar una carrera deportiva. Todo gracias a sus audífonos “supersónicos”, como ella misma los ha calificado, capaces de conectarse a cualquier dispositivo y que le hacen el día a día mucho más fácil, a pesar de los nuevos escollos que puedan surgir.

La sociedad no es consciente del perjuicio que ha supuesto el uso de la mascarilla para las personas sordas. “Fue una faena”, manifestó Estela. La lectura de los labios se antoja fundamental para este colectivo que ha visto aún más mermadas sus posibilidades de comunicación con esta circunstancia.

Ante la pregunta de si un deportista sordo podría desarrollar una carrera deportiva por ejemplo en el balonmano, Estela ha reconocido que hoy en día sería una situación difícil pero que se podría llevar a cabo con los apoyos necesarios, como un intérprete de lenguaje de signos en el equipo.

“Esa situación es más complicada, se necesitaría una intérprete dentro del equipo por ejemplo, pero puede ser totalmente posible, todos somos perfectamente capaces. No es como la visión, no necesitas escuchar para poder jugar al balonmano en este caso”.

Estela espera que pronto esta situación no sea tan difícil de materializar y que la normalización y la inclusión tanto en la sociedad como en el deporte lleguen de una forma completa, para así poder hacer ver que la pérdida de audición es una circunstancia más en la vida de las personas, pero que esta no tiene que ser motivo de exclusión en ningún ámbito de la vida.

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