La orientación, un deporte inclusivo, divertido y accesible

Esta disciplina deportiva une concentración y velocidad, siendo, además, la mejor forma de hacer turismo y visitar otros lugares de una forma diferente. España tiene rincones fantásticos para practicar esta actividad en sus diferentes modalidades.

Laura Pérez Torres

Laura Pérez Torres

@lauraescreativa
22 de marzo de 2020, 11:00

Descubrir un lugar de una forma diferente, incluso tu propia localidad o ciudad en la que habitas, con mapa y brújula, eso es lo que te permite la orientación. No hay una aventura mayor que situarse en medio de un bosque sin saber nada de tu entorno, salvo las indicaciones que tienes sobre un papel. La orientación es una disciplina deportiva en la que el objetivo del participante es realizar en el menor tiempo posible un recorrido marcado en el plano y sobre el terreno por puntos de control. La carrera se realiza desde la salida hasta la meta visitando los puntos de control en el orden indicado sobre el plano, de manera individual y con la brújula como único instrumento válido de ayuda.

En la carrera se ponen a prueba las cualidades del orientador y su capacidad para llevarlas a cabo de la manera más amplia posible. También se tiene en cuenta su resistencia, control y capacidad de reacción.

De todo esto es gran conocedora la malagueña Sara López Martín, que con tan solo 15 años ya sabe lo que es subir a lo más alto de un podio mundial. Lo hizo en la disciplina por equipos de orientación en el Campeonato del Mundo de Centros Escolares el pasado abril en Estonia, donde participaron más de 24 países.

Para esta joven deportista, a la que le encanta correr y compagina el deporte de la orientación con el baloncesto, la experiencia en Estonia “fue increíble e inolvidable”. “Durante 7 días competimos en un escenario natural muy diferente a lo que nos encontramos en España con una vegetación y arboleda que nada tiene que ver a lo que estoy acostumbrada”, recuerda.

Aunque los nervios estuvieron a punto de jugarle una mala pasada, sobre todo en los primeros compases, la malagueña se rehizo. “Era la primera vez que salía sin mis padres y en la primera baliza me desconcentré”, confiesa la deportista, quien desde muy pequeña aprendió a leer la simbología sobre un mapa puesto que sus padres se lo inculcaron, tanto a ella como a sus hermanos.

“Incluso las vacaciones las realizamos en función de las pruebas porque es una forma única de viajar y conocer lugares en un ambiente muy bonito”, explica. Y es que el deporte de la orientación es muy familiar y los federados miran las competiciones para adaptarse a las pruebas. Además es un deporte inclusivo con modalidades que acogen la participación de personas con discapacidad.

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