Lydia Valentín: «La halterofilia me eligió a mí antes que yo a ella»

Fuente: Coité Olímpico Español

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La haltera española acude al Comité Olímpico Español para contarnos y cómo prepara la nueva temporada, qué objetivo se ha marcado para sus cuartos Juegos Olímpicos además de repasar su grandísima trayectoria deportiva junto a Alejandro.

Avance Deportivo

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@deportivoavance
16 de noviembre de 2020, 20:00

Lydia arranca la preparación de la nueva campaña el próximo mes de diciembre. Y pese a la situación que estamos atravesando, ella se siente feliz y afortunada por seguir haciendo lo que más le gusta. “Estoy bien, me encuentro bien. Es una situación diferente, obviamente, pero estoy contenta porque tengo un objetivo, que son mis cuartos juegos olímpicos y que ojalá se puedan celebrar el próximo verano. Comienzo la preparación en diciembre y ahora estoy haciendo un poquito de pretemporada con entrenamientos más ligeros”, afirma.

“Durante el confinamiento pude entrenar porque en la casa que tengo con mi chico tenemos un gimnasio. Estuve entrenando todos los días y he sido bastante afortunada por ello. Es cierto que tuve sentimientos encontrados. No sabíamos si se iban a celebrar los Juegos y estuve entrenando un poco sin saber muy bien cómo enfocarlos. Pero me sentía afortunada, había gente que no podía ni entrenar. Es verdad que al principio era muy raro porque nosotros nos movemos por objetivos muy cerrados y en ese momento había mucha incertidumbre y yo no estoy acostumbrada a preparar mis competiciones con incertidumbre. Ya no tengo 20 años, ahora dosifico mucho más. Con 20 años, entrenas, entrenas, entrenas porque te estás creando y quieres ser mejor constantemente. Yo ahora también quiero seguir siendo mejor constantemente, pero de una manera más inteligente, sabiendo cuándo y cómo. Y gestionar eso me daba estrés”, añade.

Fuente: Coité Olímpico Español

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Esa incertidumbre acabó con el aplazamiento de los Juegos Olímpicos. En el momento en el que se anunció que se celebrarían en el verano de 2021, Lydia Valentín respiró tranquila. Y ahora lo tiene claro, quiere estar en sus cuartos Juegos Olímpicos. “Es verdad que con el tema del coronavirus llegó un momento que perdías la referencia. Pero ahora que sé que se van a celebrar, voy con todo. Quiero estar en mis cuartos Juegos Olímpicos. No sé si serán los últimos, pero quiero ir como he ido anteriormente. Quiero disfrutar del camino, dar lo máximo y al final el resultado será la consecuencia del trabajo que he hecho durante todo este tiempo. Aunque sean los cuartos voy con la misma ilusión que fui a los primeros”, asegura la campeona olímpica, mundial y de Europa.

Una campeona con valores

En sus tres participaciones anteriores Lydia conquistó la plata en Pekín 2008, el oro en Londres 2012 y el bronce en Rio 2016. Sin embargo, solo pudo subir al podio en la capital brasileña, ya que los metales anteriores llegaron a manos de la leonesa diez y siete años más tarde, respectivamente. Por eso, en Tokio buscará vivir esos momentos que el dopaje de sus rivales le robó.

Fuente: Coité Olímpico Español

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“Mi medalla es la primera tanto masculina como femenina en España por esta gente, porque han corrompido este deporte. Nosotros partíamos de la base de que no podíamos ser campeones del mundo o de Europa si no te dopabas. Y obviamente en nuestra cultura no entraba eso. Nosotros hemos practicado deporte sin ningún tipo de atajo, sabiendo la dureza y que el de al lado no iba en igualdad de condiciones y eso psicológicamente te machaca. Pero yo psicológicamente siempre he sido muy fuerte y yo sabía que tenía ese talento y porque hubiera gente que hacía trampas y que se estuviera normalizando algo que no es normal, no me iba a dar por vencida”, explica Lydia.

Y añade: “Podría haberme alejado o haber cogido el camino fácil como ellos y haberme dopado. Pero eso nunca ha entrado en mi plan de hacer deporte y antes me habría alejado, Pero no me di por vencida y al final la recompensa es esta. Te das cuenta de que has competido con gente que había cogido atajos, que había hecho trampas y había engañado a todo el mundo, pero tú has sido victoriosa porque has estado ahí en la sombra, sabiendo que eras subcampeona olímpica en Pekín y que entrenaste el ciclo olímpico hasta Londres sin ningún tipo de recurso. Y yo nunca me di por vencida porque sabía que tenía un talento, y que quería y seguía compitiendo con personas que estaban dopadas y muchas veces las ganaba. Y era como: ‘Aquí estoy’. No me voy a ir porque no quiero que vosotros me echéis. Porque lo que yo hago es deporte, lo que vosotros hacéis no tiene nada que ver con el deporte porque no tiene valores, no hay ética, no hay nada”.

Porque pese a las dificultades que se ha encontrado en el camino y a los momentos de gloria que le han robado, Lydia Valentín jamás se ha rendido y ha seguido luchando para ser la mejor del mundo y demostrar que se puede llegar a lo más alto sin hacer trampas.

Yo me sentía feliz entrenando al 200% cada día y compitiendo al máximo de mi rendimiento. Sabía que el resultado final no dependía de mí. El que yo hiciera sí, pero el global, no. Yo me siento súper agradecida porque al final se ha destapado todo, por ser una referencia en mi país, porque mis compañeros han visto que se puede ser campeón del mundo, se puede ser campeona olímpica y se puede conseguir todo si realmente luchas por ello. Todavía la lacra del deporte está ahí y espero que se extinga totalmente para que la halterofilia española esté donde realmente se merece”, dice tajante.

Objetivo claro desde el principio

Para llegar a ser la número uno a nivel nacional, continental y mundial, hay que trabajar mucho y la leonesa lleva 20 años dedicándose en cuerpo y alma para ello. “Era una niña normal, en un pueblo de 4.000 habitantes, que le gustaba mucho el deporte y destacaba. El entrenador de halterofilia se fijó en mí y vio que tenía mucho talento, actitud y aptitud y me dijo que tenía que probar la halterofilia. Con el paso del tiempo probé ese deporte que no conocía, lo conocí y hoy en día estoy segura de que la halterofilia me eligió a mí antes que yo a ella”, asegura Lydia.

Fuente: Coité Olímpico Español

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Tan segura estaba que con quince años decidió dejar su Camponaraya natal y viajar a la capital para cumplir su sueño: “Al principio fue complicado. Cuando recibí la llamada de la Federación mis padres estaban un poco pensativos. Mi padre era más reacio a que me fuera, mientras que mi madre, que es un poquito más echada para adelante, entendía que era mi ilusión. Al final me trajeron al CAR de Madrid y yo feliz”, recuerda con una sonrisa en la cara”.

Gracias a aquella decisión, sumada al sacrificio realizado en todos estos años, Lydia ha conseguido sumar a su palmarés particular tres medallas olímpicas, trece mundiales y once europeas. Aunque ella reconoce no ser consciente de todo lo que ha conseguido: “Creo que es bueno echar la vista atrás para saber realmente lo que te ha costado. De hecho, recuerdo una entrevista que me hicieron justo antes de venirme a Madrid que me preguntaron: ‘¿A ti que te gustaría ser?’ Y yo quería ser campeona olímpica. Y hora lo pienso y digo: ‘Que inconsciente era. Decía que quería ser campeona olímpica como quien quiere ser rubio. Pero tú sabes lo que hay que hacer para ser campeona olímpica’. Y si echo la vista atrás alucino porque nunca me imaginé que podría conseguir todo lo que he conseguido en un deporte tan minoritario en mi país, con tan pocas referencias. Nunca me lo imaginé”.

El lado más humano de Lydia 

Además de entrenar y competir, la haltera leones tiene una marca de ropa, estudia Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la UCAM y ya piensa en lo que vendrá cuando finalice su etapa deportiva. “Tengo una marca de ropa, que diseño yo. Me gusta mucho ese tema, pero es cierto que me lleva mucho trabajo. Cada diseño lleva seis meses, luego hay que llevarlo a fabrica…y aunque parece un tema sencillo, no lo es y te quita bastante tiempo. También estoy estudiando porque creo que es fundamental. Siempre me ha gustado mucho el deporte y me gustaría seguir trabajando con el deporte. También me gusta mucho la comunicación. Tengo diferentes cosas, pero no descarto nada y más sabiendo que el deporte tiene fecha de caducidad y que cada día está más cerca la retirada. Tengo proyectos y tengo ganas de empezar otra etapa”.

Asimismo, la deportista española también participa en diferentes campañas solidarias con las que ayudar a la sociedad. “me siento un poco responsable, porque como deportistas somos muy afortunados. Somos referentes para la sociedad y posiblemente nuestras palabras y lo que representan puede tocar de manera sensible a las personas. Y todo lo que pueda amplificar y ayudar a diferentes causas lo voy a hacer porque me siento con esa responsabilidad con la sociedad. Porque ellos me han dado mucho. Practico halterofilia por y para mi país y todo lo que pueda aportar, me encanta”, cuenta orgullosa.

Lydia llegará a Tokio, sus cuartos Juegos Olímpicos, con 36 años, pero no quiere poner la gran cita nipona como fecha límite en su carrera. “Para qué me voy a presionar. Prepárate para Tokio, disfruta del camino, de la competición y después se verá. Creo que el poner fechas lo único que hace es crear ansiedad. Lo vives diferente. Vívelo con tranquilidad, disfrutando, y cuando se acabe, para, reflexiona y sigue. Porque al final no depende de lo que yo me marque. Dependerá de muchos factores. Así que para qué adelantarse. Yo voy a dejarme llevar en ese sentido”, concluye.

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