Martín de la Puente, el bisoño más aventajado
La gran promesa del tenis en silla de ruedas, campeón de España absoluto con 14 años y plata en el Mundial júnior, afronta nuevos retos: «Soy ambicioso y no me conformo con lo que sé y con lo que he logrado», dice.
Jesús Ortiz García
Con su raqueta derriba obstáculos y su juego parece no tener techo. Junto a la ría de Vigo en las pistas del Real Club Náutico se forja una de las promesas del tenis en silla de ruedas que hizo historia al conquistar el campeonato de España absoluto individual y en dobles con 14 años. A base de tesón y sacrificio, Martín de la Puente se está labrando un gran currículum en este deporte donde ya empiezan a caer los primeros títulos. «Mis padres tendrán que comprar otra estantería porque ya no caben los trofeos y medallas», bromea.
Después de vencer en el Internacional de A Coruña y en el Master Les Petit As de Francia, el joven tenista tenía que lidiar con un reto mayor en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Allí, frente a los mejores jugadores españoles, aterrizaba con ganas de dar guerra pero no se imaginó que su hazaña tendría tal magnitud. Primero se impuso en la final a Roberto Chamizo -número 1 del ranking español- y después repitió victoria por parejas junto a Juan Gutiérrez y doblegando otra vez al madrileño Chamizo, que jugaba con Álvaro Illobre.
«Fue una sorpresa. En ambas ocasiones tuve que remontar un marcador adverso, aunque tengo buena capacidad de sufrimiento. Mis rivales estaban jugando a un nivel espectacular, así que tuve que dar más del 100% y ponerle corazón en cada punto para vencer», dice. «Me doy cuenta de que los duros días de entrenamiento, del machacarme en la pista, están dando resultados», añade.
La fortaleza mental y garra que caracterizan a De la Puente le están permitiendo recolectar éxitos ante rivales con más experiencia y bagaje sobre la pista, como es el caso de Chamizo, cuyos duelos se están convirtiendo en un clásico en el tenis en silla: «Como Nadal y Djokovic (risas). Llevamos 3 finales consecutivas y en 2 he ganado. Es un jugador al que admiro mucho, nos llevamos muy bien dentro y fuera de la pista y espero que sigamos luchando por más títulos».
A otro jugador al que admira es al veterano Álvaro Illobre -pentacampeón de España-, quien aconsejó al joven vigués sobre esta modalidad. «Es incansable, una referencia, un ídolo y un gran amigo. Fue uno de los que más me animó a probar este deporte», confiesa. De la Puente, que a los 8 años había empuñado su primera raqueta, no quiso separarse de ella cuando poco después recibió el mayor revés de su vida. Padece una enfermedad rara llamada síndrome de Proteus, que provoca un crecimiento anormal de los huesos.
La única forma que tenía para continuar su carrera deportiva era en una silla de ruedas. «Al principio la veía y me negaba a sentarme. Decía: ‘Yo ahí no me monto, quiero jugar de pie’. Era duro pero le fui cogiendo cariño y me adapté bien», recuerda. Cuando por primera vez entró en el quirófano dudó si volvería a jugar, aunque su carácter indomable y constancia le hicieron no tirar la toalla. «El tenis es mi vida y disfruto mucho jugando, no podía abandonarlo», asegura. Después de 16 operaciones, los médicos calculan que sobre los 18 años la enfermedad frenará su expansión. «Dicen cuando pare de crecer, dejará de actuar. Las intervenciones quirúrgicas son para que pueda andar y no vaya a peor», explica.
Un tenista con ambición
Aunque para el gallego lo primordial son los estudios, entrena 5 veces a la semana en el Club Náutico de Vigo bajo las órdenes de su entrenador Javier Currás para perfeccionar su técnica y los golpes. Recalca que se encuentra en uno de los mejores momentos de su corta trayectoria, pero insiste en que aún le queda mucho por aprender. «Tengo que mejorar la movilidad y el saque, que me cuesta un poco. Soy ambicioso y no me conformo con lo que sé y con lo que he logrado hasta ahora. Sé que mi nombre estará escrito en la historia del tenis en silla por haber sido el ganador más joven en España, pero aspiro a subir más peldaños», subraya.
Hace unos días en Holanda también brilló tras conseguir la medalla de plata por equipos en el Mundial júnior junto a su compañero Félix García. Es el segundo subcampeonato que logra en esta categoría después de perder contra Rusia. «Hicimos un muy mal primer set, luego estuvimos brillante en el segundo pero en el supertiebreak, que es una lotería, caímos. Me quedó un sabor agridulce, pero te das cuenta de que para perder una final hay que disputarla. Hay que estar satisfecho con la plata y pensar ya en el año siguiente donde buscaremos el oro y si se nos cruzan los rusos, esta vez hay que hincarles el diente», apunta.
De la Puente lamenta que no haya «niños que quieran probar el tenis en silla y puedan ir conmigo a los campeonatos júnior». Así que espera una llamada de la selección absoluta: «Voy a darlo todo y a trabajar duro para que me convoquen». Mientras tanto, afronta nuevos retos con ilusión y ganas, como el Open Internacional en Olot (Barcelona), que arranca esta semana. «También iré a otros torneos en España y en Italia este verano. Y como premio, me gustaría clasificarme para el Open 500 de Valencia donde estarán los mejores», adelanta.
A largo plazo, este vigués, que figura en el número 89 del ranking mundial absoluto y el 5º en júnior, también se permite soñar y con el apoyo de su familia y amigos, confía en seguir cumpliendo sueños, como estar en los Juegos Paralímpicos. «Veo posible participar en Río de Janeiro, voy a luchar con fuerzas para lograrlo, pero si no llego, a pensar en Tokyo 2020. Mi objetivo es mejorar cada día y en llegar a lo más alto», apostilla.