Miguel Ángel de Amo deja el Unicaja para jugar en el Toulouse Spacer's francés

Miguel Ángel de Amo en Málaga. Fuente: Avance Deportivo/Laura Pérez

Miguel Ángel de Amo en Málaga. Fuente: Avance Deportivo/Laura Pérez

El colocador malagueño, que afronta nuevos retos más competitivos con los galos como disputar la Liga de Campeones, empieza a ser un fijo en la selección, donde ya se ha hecho un hueco por méritos propios y aparta de su hoja de ruta la modalidad sobre la arena por falta de tiempo.

Laura Pérez Torres

Laura Pérez Torres

@lauraescreativa
2 de julio de 2017, 16:00

Siguiendo la trayectoria familiar, su padre Miguel fue jugador y su madre Pilar le entrenó cuando era alevín e infantil, Miguel Ángel de Amo se ha convertido en un referente del voleibol español tanto dentro de la pista como en la playa. En ambas modalidades ha labrado éxitos deportivos desde las categorías inferiores, ha conocido diferentes ligas europeas y ahora, tras dos años en el Unicaja Almería, afronta un nuevo reto: jugar en Francia con el Toulouse Spacer’s.

Según el malagueño, «con Unicaja logré la temporada pasada, por primera vez en mi carrera, el título de liga en España y, tras un año sin títulos, me voy a una liga mucho más competitiva donde existe mucha más igualdad entre los diez primeros, aquí solo compiten tres».

Además, con el combinado francés luchará por clasificarse para la Liga de Campeones masculina de la Confederación Europea de Voleibol (CEV). «Es un plus de motivación que me hará seguir creciendo como jugador ya que era la mejor opción deportiva», señala el jugador, quien volverá a lucir una década después el dorsal ‘7’, el mismo número que llevaba su padre, y que apunta que «la mejor edad para ser colocador es entre 30 y 35 años porque es la posición más analítica para leer el juego».

En el equipo almeriense vivió dos campañas dispares. En la 1ª logró el triplete (liga, copa y supercopa) y en la 2ª, tres subcampeonatos, quedándose con la miel en los labios. «Nos ha faltado definir en los momentos finales y eso nos han hecho perder las tres competiciones”, analiza el jugador que compagina el voleibol con el Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad Isabel I con la intención de dedicarse a la gestión deportiva, aunque tampoco descarta ser entrenador. Lo que sí ha descartado este verano ha sido el vóley playa por falta de tiempo: «Quiero descansar de todo lo que sea redondo durante estas vacaciones», bromea.

Aterrizó en la selección española que dirige Fernando Muñoz por lesiones y renuncias pero, en la actualidad, De Amo ha sabido demostrar su calidad. «Me dieron la oportunidad, la aproveché con creces, conseguí los objetivos marcados y me he ganado estar ahí», apostilla el malagueño, quien ha formado parte del combinado nacional que este año se ha metido en el último clasificatorio europeo para el mundial y ha logrado el subcampeonato del grupo 3 de la Liga Mundial 2017.

El combinado nacional no pudo superar a Estonia en la gran final que se disputó en la localidad mexicana de León, en un partido marcado por el poderío físico del conjunto estonio que se impuso 0-3 (22-25, 16-25, 21-25). «Lograr el pase como equipo europeo es muy difícil, en Europa hay mucho nivel», sentencia De Amo que hace hincapié en que «también será complicado el europeo que se celebra en agosto y al que vamos a ir disfrutarlo, sin ningún tipo de presión y eso puede hacer que ganemos un partido que nadie espera y estar ahí».

¿Sabías que? De Amo, campeón del Mundo Universitario en Hamburgo (Alemania) en 2007, fue pareja deportiva en los inicios del olímpico Adrián Gavira, que actualmente forma la dupla más fuerte del panorama español con Pablo Herrera. Desde el verano 2013 ha sido junto a Ignacio Batallán un habitual en las pruebas del circuito nacional.
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