Ray Zapata, tras los pasos de Deferr

El gimnasta español, Ray Zapata, durante la final de los Juegos Europeos de Baku. Fuente: COE

El gimnasta español, Ray Zapata, durante la final de los Juegos Europeos de Baku. Fuente: COE

El joven gimnasta acaba de lograr un oro en suelo en los Juegos Europeos de Baku y pretende volar tan alto como el doble oro olímpico.

Jesús Ortiz García

Jesús Ortiz García

@Jesusortizgar
26 de Junio de 2015, 15:38

Desde diciembre de 2013 en la sala de gimnasia artística del CAR de Madrid se escucha cada día bachata, salsa y reguetón. La música acompaña a Rayderley Zapata entre saltos mortales, piruetas y giros en busca de una perfecta ejecución. «Mis compañeros se han acostumbrado (risas). A veces nos echamos un baile, el ritmo latino nos motiva y hace más llevadero los duros entrenamientos», confiesa. Acaba de ganar un oro en los Juegos Europeos de Baku y Gervasio Deferr le ve como su sucesor.

Ray Zapata con el oro de Baku. Fuente: RFEG

Ray Zapata con el oro de Baku. Fuente: RFEG

Tras la retirada del doble medallista olímpico han pasado unos años de sequía y de cambio generacional, pero Ray siembra esperanza. Tiene 22 años, nació en Santo Domingo (República Dominicana) y a los 10 se mudó con su familia a Lanzarote. Ahora vive en la residencia Joaquín Blume, cerca del lugar donde se ejercita con el equipo español. En las islas canarias se enganchó a la gimnasia tras una exhibición: «Me encantaba estar en el aire haciendo mortales», recuerda.

Deferr quedó prendado de su potencia en un campeonato de España y le propuso entrenarle. Con 17 años se fue a Barcelona, donde se curtió como un acróbata especialista en suelo y salto. «Gervasio tiene que ver mucho en mi carrera, es uno de los culpables de mi progresión como gimnasta. Cuando nadie apostaba por mí, él se fijó en mis cualidades. Aprendí mucho de él, incluso hoy en día me sigue dando consejos, me ayuda a tranquilizarme en cada competición. Siempre me dice que ante una final, todo paso a paso, salto a salto y con calma», asegura.

Deferr le considera capaz de alcanzar la gloria en los grandes campeonatos y su alumno asume el reto con ambición: «Él es mi ídolo, ha sido el mejor y que diga que puedo ser su relevo en suelo, hace que me lo crea y me da motivación para seguir luchando por ser mejor y progresar cada día».

En su 1ª prueba internacional, la Copa del Mundo de 2014, logró un bronce en salto. En el pasado Mundial fue el único español que alcanzó una final, fue 5º en el Europeo y acaba de ganar el oro en los Juegos Europeos de Baku con una nota de 15.333 puntos. «Terminé 1º en la clasificación y tenía presión por volver a hacerlo bien otra vez. Las claves para ganar fueron gestionar los nervios con muchas ganas y coraje, sacar lo mejor de uno y lo que he aprendido en cada entrenamiento. Ya no soy tan novato y no me vuelvo tan loco», sostiene.

El Mundial, próximo reto

Baku ha sido un termómetro para medir el nivel de Ray de cara al Mundial de Glasgow, donde se deciden los billetes olímpicos para Río de Janeiro 2016. «La medalla me aporta un extra de motivación, pero no sólo hay que defender mi posición en Europa sino intentar estar también entre los mejores del mundo», aclara.

Ray en el ejercicio de suelo. Fuente: COE

Ray en el ejercicio de suelo. Fuente: COE

Entre colchonetas, potros, anillas, barras y minitramps, afronta cargas de trabajo muy altas en dobles sesiones en el CAR de Madrid para llegar a tope al Mundial. «He aumentado las dificultades en los ejercicios de suelo con una nueva serie más de enlace, con algún medio giro y mortal más para ganar bonificaciones y pelear con japoneses, rusos y americanos, que son los mejores. A ver si me gano a los jueces con un ejercicio espectacular, pero es muy complicado y aún no lo controlo del todo. Todavía tengo que pulirlo y entrenarlo mucho más», cuenta.

El equipo español se juega las plazas para la cita de Brasil y Ray avisa de que aún no están al 100%. «Nos falta bastante para coger el nivel de las mejores selecciones, pero este verano nos quedaremos sin vacaciones para trabajar muy duro porque confiamos en conseguir el objetivo. Tenemos que quedar entre los 8 primeros por equipo, no podemos cometer un error porque el mínimo fallo nos deja sin plaza directa para los Juegos Olímpicos. Eso conllevaría seguir entrenando más tiempo para enfrentarnos al Preolímpico. Será muy difícil porque todos los gimnastas estarán a tope», subraya.

A nivel individual, sueña a lo grande: «Me gustaría ganar una medalla, lucho por ello, pero en una final pueden pasar muchas cosas. Y una vez pasado el Mundial, hay que currar mucho y perfeccionar los ejercicios para llegar a las Olimpiadas preparado para estar en el podio».

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