Recompensa a dos décadas de saltos

Ruth Beitia retomó su pasión después de abandonarlo tras los Juegos Olímpicos de Londres y el atletismo premió su lucha, voracidad y pundonor con la primera medalla que consigue en un Mundial al aire libre a sus 34 años. Ahora piensa seguir dando brincos para superar el listón.

 

 

Jesús Ortiz García

En los Juegos de Londres 2012 se quedó fuera del podio pese a saltar 2 metros y decidió abandonar la pista. Pero sólo fue un amago de divorcio, en Cantabria llovía mucho para practicar patinaje y el frío invierno era muy aburrido lejos del listón. Aconsejada por Ramón Torralbo, su entrenador, Ruth Beitia volvió a calzarse las zapatillas, el atletismo le debía una medalla en un Mundial de salto de altura al aire libre desde París 2003 y entonces apareció con una presea colgada al cuello, el bronce de Moscú.

«Bendita lluvia la de Santander que hizo que volviese a entrenar y cogiese la misma ilusión y ganas por hacer lo que más me gusta. Tras dejarlo realizaba otros deportes como patinaje o descenso de cañón, pero el agua que caía me lo impedía. Así que hablé con Ramón y empezamos con los entrenamientos», explica la saltadora.

El Mundial en la capital rusa es una recompensa tardía al empeño de una saltadora inagotable y luchadora que a sus 34 años no ha perdido su voracidad competitiva. No son sólo los éxitos que ha almacenado en más de 2 décadas en el atletismo, sino el estatus que ha construido en los saltos de altura. Ahora ya no se moja sobre el día de su retirada: «Voy a seguir porque me aporta cosas positivas, me encuentro en uno de los mejores momentos de mi carrera deportiva y mientras me levante con ilusión, ganas de entrenar y con buen estado de forma, habrá Ruth para rato».

‘No pienso arrastrarme por las pistas’

La cántabra seguirá superando el listón pero no a cualquier precio. «Es importante saber retirarse, no me vale ganar el campeonato de España sino que tengo que pelear por medallas internacionales y no quiero caer en el error de que el atletismo me eche a mí en vez de yo marcharme del atletismo. No pienso arrastrarme por las pistas», añade.

Esta vuelta está siendo especial, ahora compite más relajada y disfruta con cada salto. El año pasado logró el oro en el Campeonato de Europa en Helsinki, en marzo fue campeona del Europeo indoor de Gotemburgo (Suecia) con una marca de 1,99 metros y tras 6 mundiales consecutivos, en Moscú le llegó uno de los mejores momentos de su carrera. «Tardó en llegar pero ha merecido la pena. Con esta medalla me quito la espinita de Londres, donde fui cuarta. Fue especial porque mi entrenador estaba en la grada, para mí es el 50% de lo que he conseguido, llevamos 23 años juntos y el abrazo que nos dimos no lo cambio por nada», recuerda.

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Euth Beitia durante uno de sus saltos de altura. AD

En el estadio de Luzniki, la capitana del equipo español falló en el salto de 2 metros, pero hasta el 1,97 su trayectoria fue impecable, ni un solo nulo. Sólo la rusa Svetlana Shkolina (oro tras saltar 2,03) y la estadounidense Brigetta Barrett (plata) estaban por encima. Ruth compartió el tercer escalón del podio con una de las mejores saltadoras de la historia, Anna Chicherova, campeona olímpica y mundial. 8 años después, la cántabra logró saldar cuentas de aquel oro que la rusa le arrebató en el Europeo de Madrid en 2005: «Se me escapó una sonrisa cuando falló su último salto, era una pequeña revancha que me cobraba».

El fruto de años de trabajo

Impulsada por esta presea de bronce, la atleta seguirá un año más aprovechando el equilibrio técnico, mental y físico que ha alcanzado esta temporada. «Las 2 medallas son un regalo a lo que hemos sembrado durante todos estos años. Ha sido un trabajo duro y me veo con fuerzas de continuar», apunta.

Ruth lleva 23 años dándole la razón al cubano Javier Sotomayor, campeón del mundo, ya que cuando era niña le auguró un gran futuro en este deporte. «Es mi ídolo, la figura en la que me he inspirado como saltadora de altura. Le conocí cuando era pequeña en Santander y me dijo: ‘Tú vas a ser una gran saltadora’. Uno de mis mayores tesoros que guardo es un autógrafo suyo y ahora puedo decir que somos amigos», sostiene.

Sus 2 décadas de brincos le han dado para sumar medallas en pista cubierta, para ser campeona de Europa y tercera del Mundo al aire libre y para ostentar el récord de España con 2,02 metros: «Me siento muy orgullosa y creo que puedo superar ese registro quizás la próxima temporada, pero no soy egoísta y los récords están para batirlos. Ojalá tenga la oportunidad de ver a alguien superar mi marca. Siempre he confiado mucho en Gema Martín Pozuelo, ella es mi sucesora».



Ruth Beitia
Santander, 1-4-1979

Bronce Mundial de Moscú 2013, oro europeo pista cubierta Gotemburgo 2013, oro Campeonato Europeo Helsinki 2012, plata en 2009 en Turín. Ostenta el récord de España de salto de altura con una marca de 2,02 metros desde 2007.

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