El ‘Rayo’ de La Rambla, ante el reto de repetir medalla

El ciclista cordobés, Alfonso Cabello, triple campeón del mundo en kilómetro contrarreloj y oro en Londres 2012. Fuente: CPE

El ciclista cordobés, Alfonso Cabello, triple campeón del mundo en kilómetro contrarreloj y oro en Londres 2012. Fuente: CPE

El ciclista cordobés Alfonso Cabello, triple campeón del mundo en kilómetro contrarreloj y oro en Londres 2012, peleará en el velódromo por subir al podio en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro.

Jesús Ortiz García

Jesús Ortiz García

@JesusOrtizAD
30 de agosto de 2016, 16:34

Cuando apenas era un chaval de 18 años, Alfonso Cabello sorprendió en Londres 2012 a lomos de su bicicleta para conquistar el oro. En los meses previos, su padre barría los cristales rotos del botellón en el velódromo de Posadas (Córdoba) para que su hijo pudiera entrenar. Pese a los obstáculos, siguió pedaleando hasta convertirse en el ciclista que más rápido recorre un kilómetro en la pista (1:01.683) y ganar 3 mundiales (2014,2015 y 2016). En unos días afrontará un desafío mayúsculo, revalidar el metal dorado en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro.

Cabello, antes de competir. Fuente: CPE

Cabello, concentrado antes de competir. Fuente: CPE

Llega a la cita después de lograr su tercer maillot arco iris y preparado para plantar batalla en la ciudad ‘carioca’. «He estado 5 meses sin competir ya que llegué del Mundial con una lesión en el recto anterior del cuádriceps. Tuve que parar para recuperarme y ahora la puesta a punto ha ido bastante bien, me encuentro fuerte y motivado para esta gran cita», asegura.

Ante la falta de velódromos, se ha machacado con duras sesiones en polígonos, en la carretera y en Sierra Nevada. «Ya estoy acostumbrado a esas condiciones. En la preparación para los Juegos de Londres, la policía nos abría la puerta de las instalaciones de Posadas y mi padre a las 7 de la mañana retiraba los restos de botellas y basura», recuerda. En este ciclo olímpico las cosas no le han ido mejor, aunque en las últimas semanas sí ha tenido algo más de contacto con el anillo de madera: «La Federación Española de Ciclismo me invitó a incorporarme a varias concentraciones en Valencia y Mallorca con el equipo olímpico, sub23 y júnior».

En los Juegos se medirá a ciclistas que tienen un mayor respaldo y mejores condiciones, pero el ‘Rayo’ de La Rambla ha demostrado que sabe sacar el máximo rendimiento a los escasos recursos e infraestructuras con las que cuenta. «Hay rivales que tienen muchos más medios que nosotros, pero no vale quejarse y llorar, sino valorar lo que uno posee y aprovecharlo. Como se dice en mi tierra, lo único que me queda es apretar un huevo contra el otro y tirar hacia adelante. Me podrán ganar, pero ninguno le pondrá más ganas y empeño que yo», subraya.

Más que una medalla

En poco más de 60 segundos se juega algo más que una medalla y el trabajo de 4 años: una beca económica que le permita continuar su sueño. «Los deportistas de élite en España dependemos de esas medallas para poder vivir del deporte. La presión es máxima en cada competición porque si tienes un mal día, ya no podrás hacer lo que más te gusta. Las ayudas son pocas y los requisitos son cada vez más exigentes. Si no ganas, no cobras. Para tener una beca debes lograr un resultado que roza lo imposible», lamenta.

Cabello en el velódromo. Fuente: CPE

El ‘Rayo’ de La Rambla, en el velódromo. Fuente: CPE

Cabello ha tenido que pelear hasta el límite para alcanzar la cima con el oro paralímpico y sus 3 títulos mundiales. Humilde, luchador y perseverante, ha superado muchas barreras desde pequeño. Nació con una amputación del brazo izquierdo por debajo del codo, algo que no le impidió lograr el récord español absoluto en el kilómetro.

Jamás olvida sus inicios, cuando con 8 años se montó por primera vez en una bici. «En mi primera carrera quedé el último y casi me doblan. Al año siguiente, en Pozoblanco, iba sin prótesis y sin freno delantero. La gente decía ‘Pobrecillo este niño con una mano’ y los chicos me miraban con miedo a que los tirase. Al final gané a todos esos niños sin discapacidad. He ganado grandes títulos pero como ese día no hay otro, uno de los más felices de mi vida», recalca.

Ahora, a punto de cumplir 23 años, busca añadir otra medalla a sus vitrinas. A Río de Janeiro llega como el pistard más veloz en su disciplina, pero prefiere quitarse la etiqueta de favorito. «En los Juegos juntan la categoría 5, que es la mía, con la 4 y eso no ayuda, así que no tengo tantas opciones al oro. Mientras que en la prueba por equipos (junto a Amador Granados y Eduardo Santas) estamos para luchar por medallas, si sale un buen relevo podemos estar en el podio. En ambas carreras voy a pelear siempre por lo máximo, nunca me rindo».

 

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